«El auge del vino sin alcohol no se debe a una moda, sino a una forma de consumo»
Carlos Moro ha apostado fuerte por un producto «que llama más a los jóvenes» y llevan a «Reino Unido y Estados Unidos»
Carlos Moro es ingeniero agrónomo y, como sus antepasados, viticultor, enólogo y bodeguero. Una particularidad, que no la única, es la apuesta por los vinos sin alcohol. Lo que, abunda, hace un par de décadas se asociaba exclusivamente con el mercado árabe, hoy «es una realidad en todo el mundo». También en España, donde su consumo «no se debe a una moda, sino a que gusta y es una opción que se pide por cuestiones de salud o porque, simplemente, no apetece tomar alcohol o se va a coger el coche». Los jóvenes, confirma, son el público objetivo principal.
De la Bodega Win del grupo salen vinos sin alcohol y de baja graduación a partir de uvas de las variedades verdejo y tempranillo. Incide en que no todos son iguales y que la calidad marca la diferencia. «Con todo lo nuevo siempre pasa lo mismo: si la primera toma de contacto se hace con un producto de baja calidad, se va a perder a ese consumidor». «Hablamos de una tecnología muy costosa», explica, al tiempo que inciden que sus mayores ventas están en Estados Unidos y Reino Unido.
Maridaje a la asturiana
Hasta el domingo, 72 restaurantes asturianos participan en las jornadas 'Nuestres fabes con CM', donde el producto asturiano se marida con un Ribeiro como es CM Viña Tenencia y un Rioja de CM de Matarromera. Carlos Moro se atreve a ampliar el 'matrimonio' proponiendo platos asturianos con otras de sus referencias vinícolas. Así, escoge Rento con un cachopo o una carne roja, Viña Caeira con unos percebes, un CM Prestigio con un queso Gamonéu y repite CM Viña Tenencia para el arroz con leche.