«En conservas, por delante de los asturianos solo están los gallegos»

Tras 10 años dedicado al marisco en la empresa que fundó su padre, Cetárea Tazones, Dimas Noval hijo cogió las riendas y apostó por las conservas, pero no unas cualquiera: «Quiero ofrecer productos diferentes, buenos y con una imagen cuidada». Él se encargo de definir el contenido y diseñar el continente y lo sacó al mercado hace menos de dos años. También suyas son las renovaciones de la empresa familiar y de Delicrab. Comercializan hasta las conchas y han obtenido la norma de calidad International Featured Standard.

–Si ya estaba al frente de Cetárea Tazones y la marca Delicrab. ¿Por qué conservas?

–Siempre he sido consumidor de conservas. De buenas conservas. Eso sumado a que me encanta el diseño y el packaging dio como resultado el desarrollo de nuestra propia marca. Empecé con la carne de centollo, que aún hoy es la que más se vende, y poco a poco fui sacando nuevas referencias; hay siete por ahora. Trato de sacar productos que no estén en el mercado.

–Para diversificar la oferta. ¿Es la tendencia?

–Voy a hablar solo de marisco donde están las típicas: mejillones, almejas, navajas, berberechos... Pero de esto hay 1.000 marcas en España; en cambio de lo que yo hago, no. Pronto sacaremos tres referencias nuevas y una será ahumada. Somos muchos trabajando, no solo yo, y en la dirección comercial me ayuda mi hermano.

–Ha viajado mucho y lo visto lo ha replicado. ¿Qué cosas?

–Lo más importante es el proceso de extracción manual de la carne de los cangrejos. En España se aplica el método de siempre, que pensábamos que era el correcto y no es así. A la hora de desmigar un centollo, aquí se partía en cuatro partes y en realidad se tiene que hacer en 13. No es que pierdas producto, sino calidad, porque terminas mezclándolo todo al sacar las mejores partes junto a las peores. También varié los formatos de las latas porque es importante que no vaya aglomerado el producto, que es cuando sufre la carne. Además, en el mundo de la carne de cangrejo, los grandes cocineros también prefieren el producto cuanto más grande, mejor. Si sacas el codo del buey de mar, por ejemplo, cuanto más grande sea, más posibilidades le permite: puede usar la pieza entera para un salpicón o decidir si la quiere romper; si ya se la das rota, no tiene margen de acción.

–Ha hablado de exportación. ¿A dónde llega su producto?

–Los principales mercados son Estados Unidos, Australia, Suiza e Italia. Pero también estamos en Panamá, Brasil, Polonia, Portugal, Bélgica...

–No hace tanto, las conservas tenían mala fama...

–Está cambiando. Es un mercado en auge ahora mismo, están saliendo muchas marcas y mucha gente joven se dedica a ello. España es el mayor productor de conservas de marisco y pescado del mundo y estamos aprovechando la globalización para exportar. Antes un chino o un americano no se comería una conserva española, pero ahora sí y, de hecho, tienen una visión muy positiva.

–¿Qué papel juega Asturias?

–Los primeros son los gallegos y luego estamos nosotros. Los cántabros suenan mucho, pero van solo con la anchoa.

–Aquí tenemos ejemplos de nuevas marcas y de jóvenes que apuestan por este mundo. ¿Qué pasa?

–Puede ser una segunda generación, como yo, o gente que ve un filón en el tema o que le gusta el tema gastro. La gastronomía está muy de moda y eso ayuda. Gusta descubrir nuevos sabores y productos y otras formas de cocinarlo.

–Todo lo empezó tu padre...

–Cetáreas Tazones empieza en 1986 y en 2002 nos vinimos a El Musel porque habíamos crecido mucho. Ahora somos más de 30 trabajando, pero mantenemos la esencia de empresa familiar, la cual no quiero perder porque el mayor valor de la empresa son las relaciones.