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Calamares frescos y con arroz del restaurante Las Delicias.
Por su tinta los conocerás

Por su tinta los conocerás

El calamar, lo dicen expertos cocineros, es uno de los productos de la mar que ofrece más posibilidades a la hora de llevarlo a los fogones. Yantar te ofrece cuatro sabrosas alternativas

Miguel Llano

Sábado, 17 de enero 2015, 01:25

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Basta probar un calamar fresco para darse cuenta de la capacidad de hacer disfrutar que lleva dentro este cefalópodo. No necesita más que ser pasado por la plancha, salado y servido al comensal, para desbordarlo de sabor. Claro, lo difícil es que el calamar sea fresco y no congelado o semicongelado, pero eso ya es la batalla de cada día, en un sector tan amplio como es el de la hostelería, en el que de todo hay.

No es cosa del precio que, si no es de potera, (una técnica y utensilio de pesca) no es tan alarmante como se puede creer:«Nosotros como compramos siempre y compramos cantidad, tenemos un precio de calamar fresco bastante estable, claro no vale lo mismo que si es congelado», explica Marta Aguilera, responsable de Las Delicias, en Gijón, que actualmente está inmerso en sus jornadas del calamar. Al final, probarlos frescos dependerá del establecimiento, la confianza que se tenga en él, y la honradez de vender lo que se tiene.

A la hora de adquilirlos hay que tener en cuenta que la piel de los frescos es transparente, dejando ver un color blanco nacarado. Es importante que su tienta no tenga gránulos y que su carne esté dura y lisa.

¿Sólo deben comerse a la plancha?No, claro. El calamar, el cefalópodo más consumido enEspaña, tiene un buen número de preparaciones para disfrutarlo. Desde un guiso con patatas hasta en fritura, pasando por el arroz con calamares o los platos de alta cocina como el que propone en estas páginas José AntonioCampoviejo, de El Corral delIndianu: Calamar hasta el fondo.

En un guiso tradicional, de guisandera como es Ramona Menéndez, de Casa Belarmino, «importa mucho el fuego lento». Este restaurante de Manzaneda, en Gozón, en el que sobre todo en época veraniega es complicado encontrar sitio para comer si no se reserva, lo hacen por encargo y se prepara «afogao o en guiso de patatas». Si se opta por la segunda fórmula, bien para tomarlo allí o bien para hacer la receta en casa, «hay que cuidar que el caldo del guiso sea abundante y que la cebolla esté bien pochada». La cocina de Casa Belarmino se basa, precisamente, en eso: «Para nosotros lo fundamental es el guiso y que este sea lento.Para un bonito en rollo, por ejemplo, pochamos durante tres horas la cebolla».

¿Y fritos? Fritos pueden estar muy buenos.Unos de los que llaman la atención son los del restaurante 180º de Edgar de Miguel, enOviedo, que los prepara con limón, pero saltándose lo que para él son los problemas del limon.El primero «que el limón es ácido» y el segundo, que, cuando salen recién fritos, si se les añade el limón, «acabas con lo crujiente». La técnica clave del cocinero de 180 Grados, es «rayar corteza de limón después de freir.Así aromatizamos con el limón pero evitamos el ácido del zumo y que al servirlos y echarle limón acabe con el crujiente del rebozado, que es la gracia». Además, claro,de usarlos frescos:«Yo, al limpiarlos no les quito la piel, no me parece que quitársela aporte».

Hay más formas de hacer los calamares, como la que proponen en Las Delicias, con arroz y almejas, dentro de sus jornadas de los calamares que concluyen este fin de semana y en las que pueden probarse un buen número de preparaciones: ensaladas templada, brocheta, a la plancha...

Sea como sea, lo que queda claro es que este producto es «un maravilla de mar Cantábrico», explica José Antonio Campoviejo, de El Corral del Indianu de Arriondas:«Cada día los productos que tenemos en Asturias me fascinan más.Si tenemos un buen calamar de potera y lo elaboramos con unas buenas verduras, haremos un gran plato.En este hemos tratado de sacar la máxima esencia del producto y está gustando mucho». Sea como sea y elaborado como guste, el calamar fresco merece la pena.

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