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LUIS ENRIQUE GONZÁLEZ IGLESIAS
Jueves, 15 de junio 2017, 21:28
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En noviembre de 2014 Carla Soto (Oviedo, 1983) emprende su proyecto Nahual, que nació como un blog, luego se convirtió en cocina de eventos y talleres, y ahora se desarrolla de manera fija en el ecosistema cultural Manglar, de Oviedo. Su cocina se caracteriza por ser vegana y viajera, el cruce de referencias se nota en cada plato sin perder de vista el recetario asturiano y los productos de proximidad.
De bloguera a chef. «En La Caja Negra teníamos un pincheo que llamábamos tortilla y rock, ahí empecé a preparar mis cosas y a la gente le gustaba mucho. Luego cerró y decidí hacer el blog a modo de recetario propio y también con la idea de que me pudiera surgir algún catering o algo así, sin muchas aspiraciones. Empecé haciendo menús semanales para gente con intolerancias, alergias o necesidades especiales, algún mercado en Gijón, los showcookings en el Toma 3, festivales Poco a poco fue creciendo la cosa. Hasta que me ofrecieron llevar la cocina del Manglar».
El pollo de mi abuela. «En mi casa siempre se cocinó mucho, mi abuela, mi madre y mi padre cocinaban y a mí me gustaba mucho ayudarles, sobre todo cuando hacían empanadas, bizcochos o cosas así. Mi padre siempre ha sido vegetariano, así que nunca fue algo raro para mí. Me encantaba el pollo que hacía mi abuela, que mi madre siempre lo intentó y nunca consiguió que le saliera igual. En verano también me gustaba ir a Gijón y comer unas sardinas, pero ya llega un momento que no lo echas de menos. No he sido vegetariana toda la vida, he ido a saltos y esta última etapa hace cinco años. Al principio olía algo y me apetecía, unos chipirones a la plancha, por ejemplo. Ahora no, será que te acostumbras, no lo echo en falta».
¿Dónde está el compango? «Algunos llegan sin saber que la cocina es vegana y preguntan qué carne lleva el kebab o la hamburguesa. Otros, en cambio, vienen específicamente porque son veganos o vegetarianos y hay mucha gente que viene a probar o porque le hablaron bien Hay de todo. También supone salirse un poco de lo habitual, del cachopo, la fabada o los calamares. El otro día una señora le dijo a un compañero: llevo buscando el chorizo en el pote todo el rato. Al final hay maneras de conseguir sabores parecidos, platos consistentes, y hacer una cocina sabrosa y sana sin proteína animal. Hay una chica que empezó a seguir el blog, a ir a los eventos y ahora es vegana, eso también te llena».
Nadie excluido. «La cocina vegana es la más abierta, ahí caben todos. También intentamos cuidar el tema del gluten y los alérgenos para que nadie se sienta excluido y tener opciones para todo el mundo en nuestra carta. Incluso hay una salsa que lleva yogur, que es lo único no vegano que tenemos. Somos tres en la cocina y cada vez nos sentimos más cómodos, al principio con 20 personas nos hundíamos, ahora vienen 40 ó 60 y lo vamos sacando bien».
Cocina viajera. «Me gusta mucho la cocina asiática. Mi abuela es mexicana y también tiro mucho para Latinoamérica, pero me gusta la cocina de todos los sitios, soy muy curiosa y me encanta probar cosas nuevas. Mi recetas normalmente son adaptaciones, bien hacia la comida vegana o bien porque no dispones aquí de ciertos ingredientes. Igual si me ve un tailandés me mata, pero bueno, a mí me gusta hacerlo a mi manera. Voy buscando porque me interesa el país o porque descubres un ingrediente, como el teff (un cereal sin gluten) y te lleva a Etiopía. En ocasiones es una receta o un ingrediente el que te descubre un país, por ejemplo recientemente Georgia, que tiene una gastronomía increíble».
Rock & Food. «Me encanta la música, antes pinchaba en bares y siempre me pongo música mientras hago cualquier cosa. Si estoy preparando algo de comida india o japonesa me pongo música también de esos países. Me parecía muy guapo que el blog no fuese sólo de cocina, sino que hubiese una parte musical. A veces es una afinidad geográfica, pero otras tiene que ver más con un sentimiento o una actitud. Por ejemplo utilicé Pistola, de Los Bujes, un grupo de Mieres, para acompañar un pote con setas. Es una canción muy cañera que le iba perfecta a un plato tan contundente. También he utilizado a Pablo Und Destruktion, Chiquita y Chatarra o Fasenuova. En alguna receta asiática también puse Holiday in Cambodia, de los Dead Kenedys. Hay un poco de todo».
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