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DANIEL LUMBRERAS
OVIEDO.
Viernes, 3 de agosto 2018, 03:25
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Pocos establecimientos de la ciudad eran tan queridos y fueron tan llorados a su cierre, el pasado marzo de 2017, como la marisquería La Goleta. Pero pronto, «antes de final de mes», abrirá de nuevo sus puertas en la calle Covadonga. Así lo confirma el hostelero de León Francisco Luis Álvarez, 'Quico': «Llevamos un mes trabajando en el local. Va a quedar prácticamente igual, con pequeños retoques. No podemos fijar todavía una fecha» de apertura, a falta de que finalicen los trabajos de puesta a punto.
A 'Quico' lo acompañarán en la empresa su familia, que también se dedica al gremio: su esposa, María Jesús Suárez, y su hijo Rubén. Están terminando de seleccionar a su equipo, de seis personas: «Un barman, que ya tenemos; un cocinero, que estuvo dos años trabajando aquí; una ayudanta de cocina, una limpiadora y dos camareros más».
La intención de los nuevos arrendatarios del negocio es recuperar una marca con historia en Oviedo, «siguiendo la cocina que tenía», basada en pescados de alta calidad. La excepción será el marisco, que ofrecerán bajo demanda de los comensales, aunque quedará «algún plato».
La familia Álvarez Suárez abandona así León, donde han tenido varios negocios, para probar suerte en Oviedo. Han llegado al conocido local gracias a su amistad de muchos años con la familia Antón, anteriores gestores de La Goleta y de Casa Conrado. Ambos negocios terminaron en un concurso de acreedores debido a la crisis económica. «Hablé con Javier Antón, a ver qué le parecía, y me dijo, 'tira para delante'», cuenta Álvarez.
Ahora, están deseando empezar la «aventura, a ver si sale bien». «Podemos dar gusto a los ovetenses y recuperar clientes, tenemos buenas impresiones. Nos dicen que desean que se abra, que vaya pena que se haya cerrado», relata el hostelero.
La Goleta abrió sus puertas en 1980 de la mano del patriarca de la familia Antón, Marcelo Conrado, que se retiró en 2011 por problemas de salud, dejando al frente a su hija Laura Antón. Son muchos los ovetenses que siguen recordando el local, con sus mesas azules y su interior diseñado por el prestigioso Chus Quirós, y los platos de merluza a la cazuela o bacalao al pilpil. Además del cariño popular, también obtuvo en 2014 un premio del Colegio de Críticos Gastronómicos de Asturias en la categoría de restaurante profesional, y era bien valorado entre los compañeros del gremio.
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