El Asador de Abel
La suya no es una brasa de diez costillares por minuto; igual que en sus fogones todo se mide y calibra, de la vaca madura al pixín negro
Resulta curioso que en la parroquia de Argüelles y ante el valle que ocupa el condado de Noreña, exista un topónimo oficial tan pintoresco como La Revuelta del Coche. ¿Su origen? Un popular y longevo restaurante que estuvo donde lleva veintiún años El Asador de Abel. Y dada la altura y el brillo alcanzados por éste, debería rebautizarse La Revuelta de Abel, pero las revueltas casan mal con la bonohomía del propietario, Abel Terente, langreano de nacimiento, tevergano de crecimiento, ovetense de estudios y, durante casi tres décadas, pieza angular en La Gruta.
¡Ah, La Gruta, imborrable referencia camino de Grado donde Abel recibió escuela y creó escuela, corresponsable y partícipe de los mejores años de tan destacado principal, cuyas cocinas y salas reparten profesionales por medio país!
El Asador de Abel
-
Dirección: La Revuelta del Coche. Argüelles (Siero)
-
Teléfono: 985 740 913
-
Anfitrión: Abel Terente González
-
Cocina: Francisco J. González López
-
Jefe de sala: Víctor Prieto
-
Apertura: 1999
-
Descanso: domingo, lunes, martes y miércoles tarde
-
Menú laborables: 21 euros
-
Mantelería, vajilla y cristalería: de calidad
-
Sidra: Zapatero
Llegado el momento de abrir puertas al camino propio, eligió igualmente un lugar de paso y encuentro, industrial y campesino, urbano y rural, con una oferta medida y avalada por la selección del producto y la naturalidad de las transformaciones, con guisos de fogón y asados de parrilla y chapa sobre las aromáticas brasas de troncos nobles.
Y puso bajo la eficaz garantía de su nombre un asador cálido y elegante, con una central y acogedora zona de barra y mesón a la que se suman comedores complementarios y una soleyera terraza veraniega; domina el ladrillo y la madera, cuelgan cuadros de firmas acreditadas iluminados por grandes ventanales, abundan reconocimientos y diplomas (destaquemos la Caldereta de Don Calixto 2017) y el telón de fondo lo pone una oleada de sierras.
Las crepitaciones de la lezna doran chuletas y chuletones de carne roxa (los carnívoros sibaritas se hacen lenguas) y pescados de roca (¡los salmonetes!); los chup-chup de la cocción lenta, según día, ofrecen pote, cocido maragato, lentejas, garbanzos con bacalao y espinacas y pulpo con patatinas; la fabada lleva faba de la vecina Argüelles; esperados los imprescindibles veinte minutos, ocuparán centros y cetros arroces de caza, mar y verduras.
Javier, el cocinero que interpreta y redondea, pone su firma conjunta a las cocochas de bacalao con almejas, el tronco de pulpo de pedreru, las cebollas rellenas y, de no ir a tiro hecho, lo que el criterio del anfitrión, mestresala agudo y socarrón, proponga y disponga entre lo que previamente le propongan y dispongan los frescos mercados vecinos.
Decía Nestor Luján que sólo quien borda lo sencillo acierta en lo complicado: véanse las verduras a la parrilla.
Y si Abel, el del Génesis, ofrecía los mejores bueyes y corderos al mismísimo Creador, su actual tocayo sigue el ejemplo, pero a ras de tierra y clientela para nuestro beneficio.
Escabechado de bonito
Ingredientes para 4 comensales
- ½ kilo de bonito pelado y desespinado
- 2 Cebollas
- 2 zanahorias
- 1 calabacín
- aceite de oliva extravirgen
- sal
- vinagre de sidra.
Elaboración
1. En un sauté, o sartén apropiada para salteado, ponemos un cuarto de litro de aceite de oliva extravirgen.
2. Agregamos las cebollas cortadas en gajos y la zanahoria y el calabacín cortados en juliana, más bien troceada un poco ancha.
3. Lo pochamos a fuego lento.
4. Mientras tanto, sazonamos el bonito y lo pasamos por la sauté bien caliente (lado y lado) antes de retirarlo.
5. Agregamos a las verduras el vinagre de sidra según gusto (suele decirse que una parte de vinagre por dos de aceite).
6. Añadimos el bonito y lo dejamos hervir durante cinco minutos.
7. En cuanto pasen lo retiramos del fuego y dejamos enfriar.
8. Una vez frío, lo cortamos en rodajas finas que colocamos sobre un plato o fuente.
9. Añadimos las verduras con un poco de salsa o escabeche.
10. Puede tomarse templado o frío, en el día o días después;los escabeches alcanzan su plenitud de sabor guardados en nevera a la semana o al par de semanas cuidando, eso sí, la limpieza absoluta de todos los utensilios y su aislamiento en frío.