Restaurante Sobiñagu
Innovador y castizo, cosmopolita y de barrio, con la eficacia de Ibias y el oficio por herencia
En el hórreo, el sobigañu va de trabe a trabe y hace de viga medianera. Pero tan expresivo término estaba registrado y Rubén lo tracamundió en Sobiñagu. Por lo tanto, sobigaños hay muchos pero Sobiñagu sólo este del Llano Alto con exterior de láminas metálicas, terraza en porche, doble iluminación esquinera, y larga barra donde algún día volverá la charla codo con codo.
Los comedores, bien el de la sala de barra que añade mesas altas de tapeo, bien el fonderu provisto de escanciadores automáticos, dan soporte a unos contenidos de cocina y parrilla mimados, abundantes y módicos, virtudes que debieran convertir al chigre de barrio en justo patrimonio de la humanidad.
Restaurante Sobiñagu
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Dirección: Calle Leoncio Suárez, 60, Gijón
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Teléfono: 984 29 80 63
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Propietarios, sala y cocina: Rubén Barrero y Laura Alonso
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Encargado: Raúl Montes
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Menús laborables, sábado y domingo: 10, 16 y 20 euros, así como otras opciones concretas
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Apertura: 2012
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Descanso: martes
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Sidra: Trabanco
Y no obstante su aire milenial, la tradición palpita en los potes, el pulpo, los arroces, los bacalaos, los pescados de roca, los mariscos, las carnes emparrilladas -de la roxa asturiana y la rubia gallega, al angus o al kobe- y en los demandados menús a precio fijo.
Rubén, con Laura, 'punxo el raigañu y les estayes', verdes y floridas a pesar de las incertidumbres pasadas (y presentes) para una pequeña empresa con bastantes familias dependientes. Sobrino de Luis y Amador 'los del Uría', dos superlativos de la hostelería como arte de la perfección, allí le conocimos y aquí le seguimos en su continuo afianzamiento. A fin de cuentas es originario de Ibias, cuna de cunqueiros o tixileiros que comerciaban por toda España y regresaban trayendo novedades desconocidas para la mayoría de los asturianos, y en su familia la hostelería entra en la genética: «Mi padre José Barrero Uría ha sido el mejor aliento y apoyo posible en esta aventura y mis tíos los mejores maestros» -enfatiza y ruega lo resaltemos-. Y lo resaltamos ejerciendo, además, de fedatarios.