«Si queréis conocer lo peor, id a este bar»
La limpieza, el trato y la calidad de la comida son las críticas más recurrentes de quienes califican su visita de «vergonzosa», «horrible» o «ni para mi peor enemigo»
Los clientes se despachan a gusto cuando visitan algún bar, sidrería o restaurante y la cosa no sale bien. Hay críticas buenas y malas, y luego están las que son tan nefastas que sorprenden. Y estas, por cierto, se suelen escribir desde un dispositivo móvil. Seguramente, aún desde el establecimiento en cuestión y con el ataque de ira in crescendo. Porque si uno va al baño y se encuentra ahí apiladas cajas de bebidas no puede más que sorprenderse y asquearse y, claro, si tuviera un altavoz lo pregonaría, pero como no es el caso, coge su 'smartphone' y lo cuenta. Este ejemplo no es un supuesto, es una crítica registrada por un cliente en un local hostelero asturiano.
Registrar comentarios en aplicaciones como TripAdvisor permite a turistas y residentes hacerse una idea de lo que ofrecen para comer, cenar o simplemente tomar algo los establecimientos de la zona. Echar un vistazo a algunos de ellos es, cuanto menos, curioso. Y si lo hiciera Alberto Chicote no daría a basto a grabar 'Pesadilla en la cocina', pues lo que más se implora en los textos son sus servicios.
La limpieza, el trato y la calidad de la comida son, por este orden, las jugadas más comentadas por quienes salen con experiencia negativa de algún local. «Educación poquita poquita ni buenas tardes ni gracias ni nada de nada (sic)«, se queja un frustrado comensal. » La tele a todo volumen, olor a orín desde las mesas, suelo pegado con la suciedad acumulada«, comenta otro.
Hay clientes que confían en su buena suerte, pese a llegar a un establecimiento vacío: «Preguntas a un camarero carta de alergenos, este no sabe ni de que hablas, le pregunta al otro y este viene con una chuleria y dando palmas y mirandonos como bichos raros... pues como que nos dimos la vuelta y nos fuimos. Prepotencia a mas no poder, mis alergias no las elijo por gusto... (sic)«.
Otros comensales llaman a Sanidad en sus escritos. Si ya de por sí la cosa va mal porque tardan «más de dos horas en dar la comida», imagínese qué haría usted si cuando por fin llega «las parrochas huelen mal y los calamares no se pueden ni comer».
La presencia de seres vivos en la comida es lo que nadie deja sin comentar cuando le ocurre en primera persona. «Separé el pan para echar mayonesa al bocadillo y vi una cosa negra. Al principió pensé que podía ser alguna semilla, pero solo había esa. La quité con la mano y la puse en la servilleta, al acercármelo vi que era un bicho porque tenía alas«. Este tuvo la mala suerte de haber encontrado antes en el mismo bocadillo un pelo rubio que presumiblemente era de la camarera-cocinera, antes había avisado que en ese lugar no había nadie más. Por todo ello titula su comentario »horrible, la peor experiencia de mi vida« en mayúsculas para que resalte.
«Este es el típico lugar en el que tanto empleados como dueños lo mas parecido a la hostelería que han visto es un sueño», se puede leer de algún establecimiento asturiano. De otros que tienen una «comida basura tan mala mala mala muy mala -cuatro veces lo repite- que no se la daría ni a un perro».
Es cierto que algunos establecimientos cosechan más comentarios negativos que positivos, pero los hay que alternan apreciaciones que los elevan a las nubes con otras que los bajan al subsuelo. Estos últimos son los que hacen aflorar las sospechas de críticas injustificadas. TripAdvisor no se para a revisar con mimo la veracidad de lo escrito y no obliga a presentar pruebas ni a utilizar nombres y apellidos reales, así que los establecimientos quedan indefensos. De hecho, la puntuación de los negocios queda expuesta a personas que no entienden que no tengan wifi, que no abran los domingos o que la cocina esté cerrada a las cuatro de la tarde. Son solo ejemplos, pero verídicos.
Un restaurante llevó a juicio a TripAdvisor por permitir opiniones «calumniosas». Respecto al control de las opiniones de los viajeros, el vicepresidente del sitio detalló que cuentan con un sistema que garantiza las opiniones «fiables», que combina un algoritmo que captura centenares de atributos y un equipo humano para encontrar opiniones que no se ajusten a las guías, por ejemplo, las que no son de primera mano. Al final, un juez absolvió a la web.