Tragos con Asturias por bandera

Tres negocios asturianos suman presencia en la Top Cocktails Bar, la guía que recoge las mejores barras de coctelería en España cuya última edición se presentó hace unos días. Para celebrarlo y celebrarse, Varsovia (Gijón), Mala Saña (Oviedo) y Patio de butacas (Pola de Siero) preparan cócteles con Asturias como protagonista.

Eso de aprovechar la despensa regional para contar el territorio no solo le corresponde a los cocineros, quienes se abastecen de lo que obtienen de huertas, valles, montañas y del mar que baña nuestro litoral antes de ponerse a los fogones. Lo mismo ocurre en los negocios enfocados al líquido, y cada vez de manera más acusada. «Ya pasó la época de buscar cosas súper exóticas y lejanas», explica Borja Cortina.

Él, que como consumidor recuerda cuando se tomaba un San Francisco en el Tívoli , celebra que los profesionales asturianos «nos hayamos dado cuenta de que lo diferente y lo exótico es lo que tenemos a la puerta de casa». Y lo explica en tanto que han sido los propios clientes los que llegaban pidiendo cócteles que no pudieran encontrarse en otro sitio, elaborados con sidra, con oricios... Así, «de manera natural», las cartas de las coctelerías asturianas demuestran lo que tenemos en Asturias y cómo lo interpretan los profesionales que están tras las barras. Y con cada renovación de la oferta, la presencia regional se mantiene e, incluso, aumenta.

Magaya, Ayalga, The Fisherman son referencias que no solo suenan, también saben a Asturias porque en su elaboración se emplean ingredientes de la región. Un camino que inició la sidra en sus modalidades brut y de hielo principalmente, y que continuaron licores y destilados que se elaboran en el Principado. «Tenemos a nuestro alcance infinidad de productos que podemos utilizar en nuestros tragos, desde ginebras como la ya famosa Kiber o la emergente Orbayu; vermús como el 813 que rinde homenaje al año que fue creado el Camino Primitivo y el que elabora el llagar Castañón a base de sidra, Roxmut, y licores como Hongo Penicilium, hecho a base del hongo presente en los quesos azules», abunda Saúl Vega, de Mala Saña. Y destaca, igual que en el Varsovia lo hace Borja Cortina, Gardeum, un producto «nuevo e innovador» elaborado por Javier Candás «a partir de flor eléctrica que él mismo cultiva en la región» y que está teniendo «gran impacto en las coctelerías de todo el país». Tal repertorio se completa con kiwi, frutos rojos, manzana, castaña, hierbas… Los otros clásicos que también se reinterpretan para contar una historia.

Los años para bebidas agitadas y mezcladas nunca han sido tan buenos en la región como ahora. Dicen que la historia es cíclica, y la verdad es que Asturias está viviendo sus particulares 'felices años veinte'. Cortina recuerda cuando empezó, «que nos decían que un negocio así no iba a funcionar, que aquí se pedían otras cosas». Y funcionó. Ahora celebra «la oferta que hay, lo que hace 15 años parecía impensable», y el «altísimo nivel» de los que llegan. Lo dice quien en 2015 se coronó como campeón nacional de la World Class Competition. Los días 28 y 29 de este mes, Alberto Díaz (Patio de Butacas) competirá en la semifinal.

En estas páginas propone, junto a Tania López, un cóctel que pronto formará parte de su nueva carta. «Está inspirada en la medicina máxico-tradicional asturiana y cada trago trata de recrear uno de los brebajes que se utilizaban para sanar. Lo que antes curaba enfermedades, ahora curará almas», explica, al tiempo que incide en que los ingredientes vuelven a estar recolectados por ellos y proporcionados por pequeños productores del territorio. Así, todo queda en casa.