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Mercurio Martínez, en la tienda que regenta en la gijonesa calle de Uría.
«Las Piraguas del Piles están tardando»

«Las Piraguas del Piles están tardando»

Se proclamó vencedor del Descenso del Sella con 18 años en K1 y mantuvo el récord durante una década

azahara villacorta

Domingo, 7 de agosto 2016, 09:30

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A Mercurio Martínez (Gijón, 1948) le bautizaron así en honor a un tío abuelo, que inauguró la saga mercuriana por nacer el día de San Mercurio, «un soldado romano que se convirtió al catolicismo y le costó el pellejo». Después, el nombre pasó a su padre quien fuera socio número 1 del Grupo Covadonga y de quien heredó la pasión por el deporte y, de ahí, a él y luego a su hijo. Este hombre que se proclamó ganador del Descenso Internacional del Sella en 1967 en K1 hizo ese año un tiempo de 1 hora 23 minutos y 46 segundos, un récord que mantuvo durante nada menos que una década. Justo hasta que se lo arrebató el olímpico Herminio Menéndez. Y, aunque el deporte sigue siendo su vida, Cuco como le llaman los que mejor lo conocen también heredó el negocio familiar por aquello de que «antes los deportistas eran amateurs y de algo hay que vivir»: la tienda que abrió su progenitor en los 50 en la gijonesa calle de Uría. Mercurio Alumbrado.

Le pusieron el nombre de un planeta diminuto midiendo usted 1,93. Menuda paradoja, ¿no?

Todos en la familia somos bastante altos. Mi hijo mayor mide 2,10 metros, una talla que plantea problemas de todo tipo, pero cada uno es como es. Yo, de hecho, ya en mi época era excepcionalmente alto y tenía los problemas típicos de caber mal en los coches o no tener zapatos, porque calzaba el 45. No te digo ya nada de caber en los aviones o en la piragua.

¿Sus dos hijos sienten esa misma pasión deportiva?

La mayor sí. Pero el pequeño, a pesar de ser muy alto, es absolutamente negado. Por mucho que intento que haga deporte, no le gusta.

Con las mozas sería una ventaja esa planta que se gasta...

(Risas) Que va. Primero, porque yo tenía mucho complejo de altura cuando era chaval. Y, después, las chicas quizá te vean un poco distante...

Está a punto de cumplir 68 años. Muy bien llevados, por cierto.

(Se ríe) Gracias al deporte, entre otras cosas. Porque, si eres deportista, vas pasando de uno a otro:de la piragua a nadar o al motocross. Una vez al año, me reúno con mis amigos del Bachillerato y me dicen:«Vaya bien que te mantienes». Pero, claro, salgo todos los días a las seis o las siete de la mañana con la bicicleta. Me encanta. No fumo, cuido un poquitín la dieta... Sin ser vegetariano, casi no como carne.

¿La sidra está permitida?

Sí, sí, sí. Por supuesto. Bebo moderadamente, aunque me gustaría beber mucho (Risas). Ahora bien:sabiendo que, si un día haces excesos, que si te tomas tres botellas de sidra o una de vino, que me la bebo yo sin enterarme, eso se paga en calorías, dolores reumáticos y resacas.

Gijón acaba de nombrarle embajador del deporte.

Me gusta mucho y eso que yo soy una persona bastante discreta. Y, además, al tener un negocio cara al público, buscas un poco la discreción, el anonimato. Aunque no lo consigo, porque mi padre era muy conocido, porque antes de montar la tienda de la calle Uría, llevaba una gramola y ponía música por los pueblos.

¿Cómo empezó todo?

Pues, como yo tenía tres hermanas, me llevaba con él al Grupo, en Emilio Tuya, para sacarme del ambiente femenino. Y, mientras que él jugaba al frontón, yo andaba por ahí enredando. La verdad que no era muy normal que un niño pequeñín anduviese por el vestuario, donde estaba todo el mundo desnudo, de tertulia incluso. Un socio incluso protestó, así que mi padre me hizo socio. Y así fue que de muy chavalín me hizo socio y tengo el número 37. Ydespués ya me fui aficionando a la piragua y mi padre también. Hasta que, con 18 años, gané en el Sella de una forma sorpresiva.

¿Cómo fue?

Venía de la disciplina del equipo nacional y gané de largo. Ymantuve el récord diez años. También te digo que había mucha riada y bajamos como tiros. Ganar en el Sella es muy importante para un asturiano, pero, en ese momento, no te enteras mucho.

Hasta que llegó Herminio.

Efectivamente. Me siento muy orgulloso de que fuese un súper clase, un medallista olímpico como Herminio, quien me quitase el récord.

También usted estuvo a punto de ser olímpico en el 68.

Sí. En México. Pero, al final, no me llevaron. En el equipo éramos nueve palistas. Estuvimos concentrados en Madrid, pero, por aquellas cosas del caciquismo de la época, en vez de nueve piragüistas, fueron solo cuatro, el presidente, la mujer del presidente, el secretario, uno que pasaba por allí... España pura y dura. Los demás nos quedamos en la escalera del avión. A cambio, fui a la mili en Melilla y mis superiores me pusieron a entrenar a un grupo de chicos, pero eran todos más vagos... No hice carrera de ninguno (Risas).

¿Sigue dándole al remo?

Ahora lo que más hago es bici. Hago maratones de bicicleta, que son días y días. Por ejemplo, París-Brest-París, que son 1.200 kilómetros prácticamente sin parar.

Ytambién tengo entendido que le pirran las motos.

Ah, sí, sí, sí. Ahora, una de mis aficiones máximas es hacer viajes guapos con mi mujer. Tengo una moto grande y, cuando podemos, dos o tres veces al año, hacemos un viaje por ahí. Turquía, América, Costa Oeste...

Tiene una chica motera.

Sí. Afortunadamente sí. Cuando tu mujer es una buena y sufridora compañera es genial, porque la moto, muchas veces, es muy dura. Pasas del éxtasis al sufrimiento en un momento. Y eso, varias veces al día. Llueve, hace frío, cansas, tienes percances...

Como en el deporte y en la vida misma.

Claro. El deporte, como todo en este mundo, es tener ganas y echarle horas. Lo demás va saliendo solo. En el Sella, por ejemplo, se sufre mucho. Pero todo eso te engancha y se hace imprescindible en tu vida. Ahora bien:la gente que confunde sufrimiento con masoquismo es que no entiende mucho.

¿A qué político pondría a remar?

Muchos se merecerían sufrir, pero no en la piragua:fuera. Eso sí:para pasarlo bien, mejor que no vayan. Que hagan los deberes, que se pongan serios y que nos dejes a los demás fluir.

¿Para cuándo el descenso del Piles?

Bueno, llegó a haber carreras de piraguas en el Piles. Con pleamar, se llena y está muy limpio. Pero sí:es una cosa por descubrir. No falta mucho para que haya paddle surf y las Piraguas del Piles ya están tardando. Pero, como ahora se prohíbe todo, ahora dirán que hay nutrias y muerden.

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