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La diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, con uno de sus populares corazones. EFE
«Mis corazones no son marketing»

«Mis corazones no son marketing»

Ágatha Ruiz de la Prada. Diseñadora y Premio Adymo de Moda 2018 ·

La modista recoge hoy en Oviedo un galardón que aplaude sus 37 años de profesión y marca el final de «un año y medio malo» en lo personal

JESSICA M. PUGA

Viernes, 28 de septiembre 2018, 04:13

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Ágatha Ruiz de la Prada (Madrid, 1960) tan pronto presenta una colección de ropa llena de corazones y arcoíris como diseña chimeneas y puertas blindadas. Ella es así, una caja de sorpresas que inició carrera en pleno boom de la movida madrileña y ahora, 37 años después, sigue en la cresta de la ola. Hoy visita Oviedo para recoger el Premio Adymo 2018 que realza su labor y marca el final de una etapa personal «muy mala».

-Casi 40 años de profesión, que se dice pronto. ¿Qué ve cuando mira el camino recorrido?

-Me encanta mirar atrás. Muchos días lo hago y pienso que he tenido una suerte tremenda por llevar 37 años entretenida de la mañana a la noche. No recuerdo haberme aburrido ni un solo día y eso es una gozada.

-Su primer desfile fue en 1981, en plena movida madrileña.

-En un momento mágico. Tuve mucha suerte porque entonces Madrid se puso súper de moda a nivel internacional y venían periodistas de todas partes del planeta. Esta situación me ayudó mucho.

-En aquellos años, España estaba encontrando su camino. ¿Cómo es el escenario actual?

-Estamos en otro momento de cambio, pero es que la historia de la humanidad se basa en eso. Soy muy optimista con lo que veo. Cuando paseo, veo un montón de bicicletas y patinetes, y me encanta porque quiere decir que la ciudad se está transformando. Hace ocho años, en Madrid no veías una bicicleta ni por casualidad. Toca adaptarse. Esta mañana [por ayer], estuve en la Universidad Complutense presentando un curso de 'influencer' que presido. Que hagan algo así es, para mí, muy importante y bonito.

-Ahora hay redes sociales que acercan la moda a todos los públicos. ¿Cómo han alterado el sector?

-En este mundo de cambios constantes, el que resiste es el que se sabe adaptar, y me refiero tanto en el ámbito personal como en el profesional. Hace dos años no me hubiera imaginado en la situación en la que estoy, y mira. El acceso al mundo de la moda es ahora infinitamente mayor. Antes era un sector para cuatro señoras riquísimas y punto.

-¿Se prima la cantidad a la calidad?

-Eso va a cambiar; es lo lógico. La gente se ha dado cuenta de que tener mucho no es lo óptimo. Lo ideal es tener cosas buenas y disfrutarlas hasta que se acaben. Qué maravilloso es ponerse una camiseta hasta que se rompe y usarla luego para limpiar la casa.

-Los diseñadores también apuestan por reciclar en sus colecciones. ¿Es la moda?

-No es solo tendencia, es algo imparable. Es que ya es raro ver a alguien tirar una botella en la basura, sin reciclar. Hay miles de cosas pequeñas que se van notando en cuanto a ecología se refiere. Es una gozada.

-Hablar de la moda de Ruiz de la Prada es zambullirse en un mundo de color. Volvamos a los años 80, ¿fue producto del marketing?

-¡Nunca! Cuando empecé tenía veinte años, no pensaba en crear una marca. Además, es imposible crear algo tan personal, sale solo. Soy así y siempre he creído en ello. Tiene que ver con mi formación, con que mi padre fuera arquitecto y yo quisiera ser pintora. ¿Cómo voy a hacer toda la vida corazones por marketing?

-Vuelve a Oviedo, esta vez para recoger un premio. ¿Es su momento?

-Soy muy afortunada. Tras este año y medio malo, la verdad es que todos me han ayudado mucho más de lo normal; estoy muy agradecida. Me encanta Oviedo. No sé cuántos desfiles llevamos, pero se ha convertido en una cita importante para nosotros.

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