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Feminismo brujeril

ÓSCAR BELLOT

Domingo, 4 de febrero 2018, 00:34

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Llevar las cosas al extremo suele conducir al ridículo. The CW dio luz verde la semana pasada al 'reboot' de 'Embrujadas', la esotérica serie que se mantuvo en antena entre 1998 y 2006 y que adentró al espectador en un universo plagado de demonios, hechiceros y demás espíritus maléficos contra los que libraban una cruenta batalla las hermanas Halliwell. El proyecto venía gestándose desde tiempo atrás. El propósito inicial de la cadena era orquestar una precuela ambientada en los años setenta, pero el borrador no convenció a los ejecutivos y optaron por darle una vuelta de tuerca. Meses después, anuncian que sus desvelos por fin han dado fruto y que han encargado un episodio piloto para lo que describen como «el regreso feroz, divertido y feminista de la serie original». ¡Y se quedan tan panchos!

Nada que objetar al afán por resucitar series del pasado, por mucho que la experiencia nos diga que raramente segundas partes fueron buenas. Basta echarle un vistazo a 'Madres forzosas' para darse cuenta de que un exceso de nostalgia puede ser malo para la salud, pero pase que ante la incesante exigencia de nuevos títulos se cuele de vez en cuando un viejo conocido barnizado. Lo que escama es ese aditivo de «feminista». Y no sólo a quienes antaño siguieron las peripecias de las Halliwell.

«Supongo que a nosotras se nos olvidó hacerlo así», proclamó en Twitter una de las protagonistas de la serie original cuando leyó el comunicado de la cadena que dejaba la siguiente perla: «Entre vencer demonios sobrenaturales, derribar el patriarcado y mantener los lazos familiares, el trabajo de una bruja nunca termina». Así que lidiar con Tempus, Barbas o Belthazor ya no es suficiente; ahora las heroínas tendrán que priorizar la necesidad de aplicar un severo correctivo al sexo masculino por siglos de ofensas. ¿Es que acaso a alguien se le escapó que quienes invocaban el «poder de tres» pertenecían al género femenino? Igual ahora les hacen gritar: «¡Por el poder de tres mujeres!». Sencillamente delirante.

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