Las respuestas poco concretas de Andrés a la BBC han acabado por darle la puntilla. R. C.

El príncipe Andrés deja la vida pública

Tres días después de declararse inocente del abuso sexual de una menor, el hijo de Isabel II se refugia en las tinieblas mientras se suceden las empresas que piden desvincularse de su figura

ÍÑIGO GURRUCHAGA

Jueves, 21 de noviembre 2019, 03:42

El príncipe Andrés, tercer hijo de la reina Isabel II y el duque de York, no acudirá a actos públicos «en el futuro previsible» por la reacción negativa que ha tenido su entrevista en la BBC, el pasado sábado, en la que intentó sin éxito establecer su inocencia, ante las acusaciones de haber mantenido relaciones sexuales con Virginia Giuffre cuando era menor de edad y sierva sexual del fallecido Jeffrey Epstein.

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Andrés habría solicitado a la monarca permiso para retirarse de la vida pública. Estos días se han sucedido las peticiones de empresas que colaboran con iniciativas patrocinadas por el príncipe de que se retire su logo o no se utilice más su nombre. La lista incluye al banco Standard Chartered, la auditora KPMG, la aseguradora Aon...

La ola era imparable. Dos universidades australianas también anunciaron su renuncia a participar en más actividades con el duque, los estudiantes de la Universidad de Huddersfield, en el norte de Inglaterra, han votado a favor de que se le quite el título de rector y la Metropolitana de Londres decidirá la próxima semana qué hacer con su patrocinio del centro universitario.

Horas antes del anuncio, British Telecom se sumó al boicot y la BBC detectó incoherencias entre la fecha que Andrés ofreció en la entrevista como la de su primer encuentro con Epstein, 1999, y la que mencionaba -principio de la década de los noventa- su exsecretario privado, Alastair Watson, cuando escribió en 2011 una carta al diario 'The Times' rechazando «insinuaciones» sobre su relación con Epstein por «carentes de fundamento».

El comunicado en el que anuncia su retirada de la vida pública comienza justificando la decisión porque en los últimos días ha entendido con claridad que «las circunstancias relacionadas con mi antigua asociación con Jeffrey Epstein» están perturbando el trabajo de la familia real y el de las organizaciones y asociaciones benéficas con las que él colaboraba hasta ahora.

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Tras la emisión de la entrevista, se criticó al príncipe por omitir cualquier expresión de simpatía o de lamento por las víctimas del abuso sexual.

Andrés enmienda el error y anota que el suicidio de Epstein «ha dejado muchas preguntas sin respuesta, especialmente para sus víctimas», y expresa su «profunda simpatía por cualquiera que haya sido afectada y quiere alguna forma de cierre». En la entrevista del sábado afirmó que estaría dispuesto a declarar ante las autoridades que investigan el caso, siguiendo el consejo de sus abogados y «obligado por el deber», añadiendo más tarde que estaría «obligado por el consejo legal». En el comunicado oficial, el príncipe manifiesta su disposición «a ayudar a cualquier autoridad apropiada con sus investigaciones, si es requerido».

Pendiente de Nueva York

Andrés es presentado frecuentemente por la prensa británica como el hijo favorito de la reina, que en esta fase de su largo reinado ha padecido la jubilación de su marido, Felipe de Edimburgo, la típica efervescencia mediática sobre disputas, rebeliones y deslices entre los miembros más jóvenes y más sexys de la familia y el ninguneo rudo de Boris Johnson en los últimos meses a cuenta del 'Brexit'.

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Ha comenzado la tercera temporada de la serie de televisión 'The Crown', que ha extendido a públicos más amplios el interés por las peripecias de la monarquía británica y por sus personalidades, pero quedan aún muchos episodios para que llegue a las grandes intrigas palaciegas y de alcoba en el tiempo de Diana y Carlos, y Camila. El duque de York es ahora protagonista de un capítulo sórdido y del que no parece posible que salga bien parado.

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