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FOTO DE FAMILIA. Lora, Fuego, Marcos, Alain, Omar, Carlos Álvarez, Sastre, Joni López, Míchel, Raúl Cámara, Iván Hernández, Jorge Pina y Kike Mateo, en La Ñora. / J. B.
El 'spa' rojiblanco
Sporting

El 'spa' rojiblanco

La plantilla se trasladó a pie hasta la playa de La Ñora para romper la monotonía de la pretemporada

E. ALONSO

Miércoles, 25 de julio 2007, 10:20

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Hay una división, tan absurda como cualquier otra, entre los jugadores del Sporting. Los que llevan chanclas y los que llevan zapatillas con la vestimenta oficial. Pero casi todos, con móvil en la mano. Es uno de los utensilios que les ayuda a pasar las horas muertas en la concentración. Porque los rojiblancos cargan estos días de pretemporada sobre sus espaldas una ración de privaciones y esfuerzos que el cuerpo técnico trata de aliviar a su manera. Por ejemplo, con un 'paseo' por la costa asturiana -de quince kilómetros- hasta la playa de La Ñora.

Manuel Preciado es duro cuando se pone el chándal y no le importa el calibre de los futbolistas si se trata de corregir defectos a voz en grito. Pero asume, porque a él también se le hacía cuesta arriba, que la pretemporada agota no sólo físicamente, sino mentalmente. «Estar cuatro o cinco semanas en Mareo resulta un poco atosigante, así que buscamos, lo primero, salir del campo de entrenamiento», explicaba el preparador físico rojiblanco.

Gerardo Ruiz, de acuerdo a un plan ideado al principio de la temporada, dirige el estado físico de la primera plantilla. De él partió la iniciativa que llevó a la plantilla sportinguista, a eso de las nueve y media de la mañana, desde El Molinón hasta el parque de San Lorenzo. «Las primeras cuestas, hasta que caen las primeras gotas de sudor, resultan duras, pero después ya empieza a funcionar la maquinaria anatómica», decía el responsable de la parcela física, que 'regaló' a sus hombres, a su llegada, veinte minutos de carrera cuesta arriba y cuesta abajo.

Roberto, de cabeza

Desde ahí, más trabajo del tren inferior hasta la playa de La Ñora. Allí esperaban al grupo, encabezado por el fisioterapeuta Lorenzo del Pozo, el técnico Manuel Preciado y el director deportivo, Emilio de Dios -ambos se acercaron en sus vehículos particulares-. El primero en lanzarse al agua fue el gallego Roberto. Los más remisos -de hecho, ni se llegaron a mojar-, el gaditano Barral y el cántabro Neru.

«El agua fresca y el oleaje actúan como un masaje para facilitar el retorno venoso y la recuperación», señaló Gerardo Ruiz, que mañana repetirá experiencia, pero no en el mar, sino en la montaña, y más concretamente en las instalaciones de la estación de Valgrande-Pajares.

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