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PROCESIÓN. Los mirandinos celebraron la misa en honor a Santo Domingo. / MARIETA
La sacramental al son de gaitas
AVILES

La sacramental al son de gaitas

Miranda todavía reserva dos actos festivos más para el próximo fin de semana

JENNIFER FERNÁNDEZ

Domingo, 5 de agosto 2007, 14:16

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Los mirandinos, aún con fuerzas, tras la exitosa vigésimo novena Arrozada, comenzaron ayer la celebración de la fiesta sacramental al son de las gaitas y los tambores que recorrieron sonando con ímpetu los barrios de la parroquia. Así es como despertó este barrio avilesino después de haber vendido cerca de 7.000 raciones de arroz el pasado sábado y 200 kilos de sardinas el viernes, unas cifras que superaron con creces las previsiones de la Comisión de Festejos de Miranda.

Esta vez el tiempo no falló y el arroz fue cocinado bajo un sol propio de la estación de verano, lo que hizo que mucho público se acercara a última hora de la tarde, tras pasar un día de playa, a por su cazuela de arroz. El éxito de la arrozada estaba garantizado, aunque la organización no esperaba cifras de ventas como las que finalmente se produjeron, superando en dos mil raciones las previsiones de los mirandinos.

Pero las ganas de fiesta en Miranda no se quedaban ahí, y después de un día abrumador, los vecinos todavía tuvieron fuerzas ayer para celebrar su domingo sacramental, preludio del día de Santo Domingo que tendrá lugar el próximo domingo 4 de agosto. Un día más tarde Miranda dedicará su fiesta a la tercera edad, un encuentro con los mayores del asilo de San Cristóbal que ya es tradición.

Así, la Iglesia de Santo Domingo agrupaba ayer, cerca de las doce del mediodía, a casi todos los mirandinos para asistir a la misa, que como todo los años sirvió para reunir a numerosas familias. Una vez finalizada la celebración religiosa en el templo, la fiesta continúo con una procesión por el pueblo acompañada por la Banda de Música de Avilés. En ella destacaba la presencia de las damas, xanas y xaninas de las fiestas.

Como es tradición, la plaza Santa Ana fue testigo del sermón del párroco de la localidad y posteriormente la procesión regreso al templo parroquial. Para finalizar la mañana, las parejas más veteranas del pueblo protagonizaron unos bailes al son de las piezas tocadas por la Banda de Música de Avilés. La sesión vermú preparó a los asistentes para la costillada de las ocho de la tarde y para la actuación de Vicente Díaz que también tenía enorme transcendencia festiva.

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