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JOAQUÍN SOROLLA. La primera comunión de Carmen Magariños.
Realidad plástica, realismos pintados
Cultura

Realidad plástica, realismos pintados

El pabellón de la Sociedad Anónima Tudela Veguín, en la Feria de Muestras de Asturias, presenta 12 obras inéditas de la Colección Masaveu

POR ÁNGEL ANTONIO RODRÍGUEZ

Sábado, 11 de agosto 2007, 13:08

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Diez años después de inaugurar su pabellón en la Feria Internacional de Muestras de Asturias, la Sociedad Anónima Tudela Veguín vuelve a apostar por las pinturas de la Colección Masaveu para ilustrar la nueva edición del certamen, complementando el resumen de su actividad empresarial. Doce obras inéditas, bajo el título 'Arte y vida cotidiana', ocupan este año el edificio, cuya limpieza arquitectónica remite a las textura del cemento blanco y establece un atractivo juego de sensaciones que equilibran arte e industria. Las piezas, seleccionadas por el conservador-jefe de la Colección Masaveu, Evaristo Arce, son de Lucas Velázquez, Villegas, Jiménez Aranda, Rusiñol, Menéndez Pidal, Barrau, Sorolla, Casas, Zuloaga, Martínez Cubells, Sotomayor y Solana, abarcando un amplio panorama de realidades y de realismos, desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX. La organización ha editado un catálogo con reproducciones de todas las obras.

La nómina se abre con 'La romería de San Isidro' (1856), de Eugenio Lucas Velázquez, un buen ejemplo de la Escuela Madrileña y el romanticismo costumbrista del siglo XIX. De Ramón Casas se aporta el impactante óleo 'Mi hermana en la terraza de la casa de Paseo de Gracia' (fechado hacia 1889), con la amplia espacialidad del primer plano y el efectismo luminoso del conjunto. Y de Santiago Rusiñol es el 'Interior con figura femenina' (1890-1891), de su etapa parisina, que denota una incipiente modernidad finisecular.

El menos conocido de los hermanos Jiménez Aranda, Luis, es autor de 'Recolección de patatas en Pontoise' (1895), con una composición donde la figura humana se envuelve por la atmósfera paisajística, con un aire que parece respirar la esencia de la Escuela de Barbizon, bajo la austeridad formal y las gamas sienas. Se cierra la selección de piezas fechadas en el siglo XIX con uno de los muchos fondos que la Colección Masaveu posee de Joaquín Sorolla, titulado 'La primera comunión de Carmen Magariños' (1896), un curioso ejemplo de su etapa temprana, todavía lejos de su estilo arquetípico.

Abren el siglo XX los 'Gitanos de Vera' (1902), de Fernando Álvarez de Sotomayor, que recoge la impronta sorollesca, como hace José Villegas en su 'Siesta' (1907), que mira también hacia el impresionismo y las luces de Madrazo.

El catalán Laureano Barrau y el asturiano Luis Menéndez Pidal, con los cuadros 'Emigrantes. (La misa de los emigrantes' (¿1909-1912?) y 'Guiñol en la aldea' (1913) permiten analizar cierta actitud renovadora de la pincelada, que se vale de recursos postimpresionistas y efectivos empastes, armonizando la potencialidad básicamente plástica y la temática. No obstante, ésta sigue siendo, el eje compositivo de todos los autores de la exposición, entre las realidades estéticas y los realismos compositivos. Late, quizás, un mayor peso de lo plástico sobre lo iconográfico en los trabajos de Ignacio Zuloaga, con su 'Baile gitano en una terraza de Granada' (1922-23), de José Gutiérrez Solana, con 'Las chicas de la Claudia' (h. 1929) y de Enrique Martínez-Cubells (cuyo cuadro 'Pescadores en el puerto de Bilbao' no está fechado). Una muestra que vuelve a subrayar la abrumante conjunción de cantidades y calidades de la Colección Masaveu, cuyos fondos son siempre un lujo para los sentidos, desde la profesionalidad y el compromiso con el arte.

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