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SAN LORENZO. Aspecto de la playa gijonesa ayer por la tarde, con multitud de personas que aprovecharon el buen tiempo para disfrutar del mar en las horas previas al lanzamiento de la pirotecnia. / UCHA
Gijón vive la jornada más multitudinaria del verano aunque sin atascos hasta la hora de los fuegos
GIJÓN

Gijón vive la jornada más multitudinaria del verano aunque sin atascos hasta la hora de los fuegos

Miles de personas aprovecharon el día de playa antes del espectáculo Las entradas a la ciudad desde la 'Y' y la autovía minera y el centro registraron el mayor volumen de vehículos

I. VILLAR

Miércoles, 15 de agosto 2007, 06:05

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Verano, Feria y fuegos artificiales completaron ayer un cóctel que atrajo a Gijón a miles de personas y que, no obstante, no provocó grandes problemas de tráfico en la ciudad hasta la última hora previa al inicio del espectáculo pirotécnico de Cimadevilla. En esos últimos momentos del día la densidad del tráfico sí fue 'in crescendo' y produjo dificultades de movilidad en algunas zonas de la ciudad.

El buen tiempo, con máximas que alcanzaron los 25 grados -según el Instituto Nacional de Meteorología- animó a numerosas personas a acercarse en la víspera de Begoña tanto a las playas como a la Feria de Muestras, para ir haciendo tiempo de cara al momento cumbre de la jornada. Era el caso, por ejemplo, de Paula y Paloma Ruiz, dos hermanas que, aunque ya por la tarde, decidieron venir desde Colunga a San Lorenzo para broncearse y alargar después la jornada para disfrutar de su anual «día de desfasar por Gijón». Unir playa y fuegos las obligaba «a venir pronto para hacer el pack completo».

Fueron muchos los que se plantearon el martes de una forma similar y eso hizo que el aparcamiento fuera durante toda la tarde el principal objetivo de los que llegaban a la ciudad. Amplios espacios como los estacionamientos de El Molinón y el Palacio de Deportes parecían mostrarse hostiles a admitir más vehículos, sin embargo, en ningún momento llegaban a reventar. La continua rotación de plazas -no sólo entraba gente, también alguno salía- siempre daba oportunidad a los recién llegados. Por ejemplo a Pedro Suárez, que se congratulaba de que «cuando daba la segunda vuelta al Palacio coincidí con uno que marchaba».

Menos afortunados fueron quienes optaron por lanzarse a la suerte de los aparcamientos de subsuelo, que a medida que avanzaba la jornada iban encendiendo uno a uno las luces de su aviso de 'completo'. «Hay que madrugar, si no esto es imposible», aconsejaba Benigno Nespral, que cundió con el ejemplo y a las seis y media ya había dejado su coche a buen recaudo. «Luego no cabe tanta gente. Como no tiren El Molinón», bromeaba.

Feria de Begoña

A esa hora la zona que podría parecer más complicada era el entorno de la plaza de toros, por la celebración de una nueva corrida de la Feria de Begoña. Sin embargo tanto la avenida de Castilla como la de Pablo Iglesias aparentaban vivir una jornada de martes como otra cualquiera. Calles de tráfico ágil que contrastaban con el continuo discurrir de gente en el entorno de San Lorenzo y el recinto ferial.

Sin embargo, a medida que se acercaba la hora del espectáculo, la circulación se complicó de forma considerable. Ya en torno a las 22 horas los vehículos que llegaban por la 'Y' se encontraban con considerables retenciones en la avenida de Carlos Marx y a veinte minutos para los fuegos en la entrada por El Humedal el tráfico era más que lento. Una situación similar se vivía en el resto de entradas a la ciudad. También en la zona centro los vehículos fueron encontrándose con problemas a medida que la Policía Local realizaba los anunciados cortes en el entorno de San Lorenzo y en el puente del Piles.

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