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Eladio Jiménez, el último ganador en los Lagos. / E. C.
La jornada de hoy pondrá a prueba el estado de fuerzas de los ciclistas
Ciclismo

La jornada de hoy pondrá a prueba el estado de fuerzas de los ciclistas

«Más que ganar, me sirve no perder, salvar los muebles», reconoce Samuel Sánchez, buen conocedor de la dureza de la llegada

BENITO URRABURU

Martes, 4 de septiembre 2007, 09:58

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Desde que los Lagos de Covadonga se abrieron al ciclismo, en 1983, cuando Marino Lejarreta ganó en su cima en una Vuelta que terminó siendo conocida como la de los Lagos de Hinault, vencedor final de la carrera, hasta 2005, cuando se impuso Eladio Jiménez -ahora apartado del ciclismo tras aparecer su nombre vinculado a la Operación Puerto-, la historia de la carrera está cimentada en buena parte en esa cumbre.

Muchos nombres aparecen en esos quince años, algunos históricos, como los de Perico Delgado, Álvaro Pino, Lucho Herrera o Laurent Jalabert, otros menos conocidos como los del ruso Zintchenko. Los Lagos suponen ciclismo en estado puro, una subida sin apenas descanso, en la que influirá, siempre lo ha hecho, el ritmo al que se llegué a Covandonga y el tiempo, el calor, el agua o el frío. Llega así una de las montañas míticas del ciclismo mundial después de tres etapas normales, con todos los participantes frescos, sin que los aspirantes a triunfar en Madrid hayan desgastado nada.

En los Lagos, en esos 12,6 kilómetros, tienen muchos ciclistas puestas sus esperanzas. Para unos será el inicio de su carrera y para otros el final. Nadie está libre de tener un mal día, en un ciclismo en el que deben de volver a aparecer las pájaras, los desfallecimientos, los problemas físicos.

Una llegada de esa exigencia ha de marcar la Vuelta. Los nombres surgen, aunque no en abundancia, cuando se piensa en favoritos. Lo primero que hay que ver es la respuesta de Cadel Evans, el segundo clasificado en el Tour. «En los Lagos comprobaré que es lo que se puede esperar de mí en la Vuelta», explica el corredor australiano.

Carlos Sastre, por su parte, cree que esta etapa «llega muy pronto». «No sé si marcará muchas diferencias, pero sí desde luego muchas más que La Covatilla el año pasado», dice. Sastre ha subido en tres ocasiones los Lagos. En una situación distinta está Gómez Marchante: «No los he subido nunca ni en carrera, ni entrenando. Sé lo que sabe todo el mundo, que es dura y supongo que me irá bien». «Soy un escalador y trataré de exprimirme al máximo. De entrada no descarto nada», reflexiona. Tampoco conoce los Lagos Óscar Pereiro: «Para mí ha llegado el momento de estar delante después de mucho hablar. Es el primer examen importante y habrá que probar. En una llegada de este tipo no debe quedar nadie descartado». Y ahí entran las sorpresas: Stijn Devolver, Janez Brajkovic, el madrileño Luis Pérez

Otros, se lo toman con calma, como Samuel Sánchez. El asturiano se conforma «con no perder más de un minuto». «Más que ganar, me sirve no perder, salvar los muebles. No es una subida buena para mí. La conozco bien». Y añade: «Que haga mal tiempo, el peor posible, que llueva. Es como mejor me encuentro. Yo corro mejor con mal tiempo».

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