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Federico García Lorca y La Barraca en Avilés (75 aniversario)

PPLL

Domingo, 23 de septiembre 2007, 03:34

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El 12 de abril de 1931 se celebran en España elecciones municipales, que, al ser ganadas por los republicanos, traen como consecuencia la proclamación de la Segunda República, que es acogida con enorme júbilo popular en todo el país. Se inicia de esta forma, un tanto inesperada incluso para los propios republicanos, una nueva etapa en la historia de España, impulsada por la ilusión de enterrar el antiguo régimen monárquico y poner en marcha importantes medidas de cambio y mejora en aspectos sociales, educativos, culturales y económicos.

Algunos prestigiosos intelectuales, como José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala, habían fundado ya unos meses antes la Agrupación al Servicio de la República. Ahora otros muchos intelectuales se ponen inmediatamente al servicio de aquel entusiasta proyecto de reforma y transformación social. Uno de ellos es el joven Federico García Lorca, que tenía entonces 32 años y era ya un reconocido poeta y dramaturgo

Al mes siguiente del advenimiento republicano, en mayo de 1931, se ponen ya en marcha las Misiones Pedagógicas, con el fin de llevar el teatro, el cine, audiciones de música clásica, reproducciones de cuadros de grandes pintores, etc., a la España rural, a los pueblos y aldeas que habían permanecido durante siglos al margen de la vida cultural. En este revolucionario proyecto colaboran entusiasmadamente varios asturianos, entre los que figura el maestro y escritor de teatro Alejandro Casona.

Algunos meses más tarde, en noviembre, nace La Barraca, teatro ambulante de la Universidad de Madrid, que será dirigido por García Lorca durante cuatro años. El objetivo fundamental de este interesante y nuevo proyecto es el de representar teatro clásico en pueblos, villas y ciudades, muchos de ellos apartados de los grandes circuitos de la escena española. Entre 1932 y 1936 La Barraca monta trece obras de teatro del Siglo de Oro español (Cervantes, Calderón, Lope de Vega y Tirso de Molina) y de Antonio Machado, con las que ofrecerá más de cien representaciones en unas sesenta poblaciones a lo largo y a lo ancho del territorio español. Un centenar de estudiantes universitarios de ambos sexos participará en la ilusionante aventura, que contó con la colaboración de Eduardo Ugarte y la Federación Universitaria Española, así como varios artistas que se encargaban de los decorados y la escenografía.

Federico García Lorca, además de encargarse de la dirección escénica, participa como actor en un auto sacramental de Calderón, toca el piano, recita poemas de Antonio Machado y canta, siempre vestido con el mono azul que constituía el uniforme de los integrantes masculinos de La Barraca. Las mujeres van ataviadas con vestido azul de cuello blanco. Los decorados se transportan en camiones cedidos por el Ministerio de Instrucción Pública republicano, que dirige Fernando de los Ríos. Los propios actores se encargan de armar y desarmar el escenario, así como de la tramoya y de la electricidad.

En el verano de 1932, después de haber actuado en Soria y en Galicia, La Barraca inicia una gira por Asturias. La primera de las actuaciones, siempre al aire libre y a las diez de la noche, es en Grado, en la plaza de Ponte, el 2 de septiembre. Al día siguiente el grupo teatral actúa en la plaza de la Constitución (hoy plaza de España) de Avilés. El 4 de septiembre La Barraca ofrece otra sesión en la plaza de El Fontán de Oviedo y, finalmente, el día 6 vuelve a actuar en el patio del Instituto de Segunda Enseñanza de Cangas de Onís.

Así pues, el 3 de septiembre de 1932, sábado, Federico García Lorca y La Barraca ofrecen en la plaza de la Constitución (es decir, en El Parche) la representación de los entremeses 'La cueva de Salamanca' y 'La guarda cuidadosa', de Miguel de Cervantes, y 'Los dos habladores' (o 'El pícaro hablador'), de la escuela cervantina. LA VOZ DE AVILÉS del domingo 4 de septiembre de 1932, se hacía eco del acontecimiento: «En la plaza de la Constitución y ante inmenso gentío dio anoche su anunciada representación de teatro clásico el grupo artístico La Barraca, organizado por la Sección de Misiones Pedagógicas del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Fueron representadas las lindas obras de Cervantes 'La cueva de Salamanca', 'Los dos habladores' y 'La guarda cuidadora', conquistando muchos aplausos los intérpretes, todos estudiantes, así actrices como actores. Ha sido verdadera lástima que una gran parte, la mayor parte del público, dejase de saborear las bellezas de dichas obras clásicas y apreciar todo el valor de los artistas, debido al egoísmo y desaprensión de unos cuantos concurrentes, que, encaramándose en las sillas, privaron de ver las escenas a muchísima gente, provocando a la vez ruidosas protestas de la misma y perjudicando también notoriamente a la Asociación de Caridad, ya que los citados desaprensivos hicieron con su proceder que muchas de las sillas, todas las que estaban detrás de ellos, no pudieran ser utilizadas».

Poco más sabemos de la estancia de Federico García Lorca y La Barraca en aquel Avilés de apenas 17.000 habitantes y del que era alcalde David Arias. El acto estaba patrocinado por la Biblioteca Popular Circulante, que dirigía el poeta Luis Menéndez Alonso ('Lumen'), y se pensaba invitar a los actores a visitar la IV Exposición de Arte Avilesino. Desconocemos si hubo recepción oficial, como ocurrió en Oviedo al día siguiente, y también ignoramos dónde cenaron y dónde se alojaron los jóvenes universitarios, pero lo verdaderamente importante es que hace ahora 75 años Federico García Lorca y La Barraca llenaron de arte y de magia El Parche avilesino. Sólo cuatro años más tarde, en agosto de 1936, Federico fue vilmente asesinado en su Granada natal, al inicio de la Guerra Civil española.

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