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LETICIA ÁLVAREZ
Martes, 9 de octubre 2007, 14:16
En general he tratado de ser un camaleón; de adaptarme al estilo que me ha exigido el mercado». Con esa sinceridad se presentó ayer en Gijón Michael Golden, uno de los autores de la factoría Marvel para la que ha dibujado, entre otros personajes, a 'Iron Man' y 'Spiderman' y con la que ha publicado su genial serie sobre la guerra de Vietnam: 'The Nam'. El estadounidense es una de las estrellas invitadas del XXXI Salón Internacional del Cómic del Principado de Asturias, edición que le dedica desde ayer una exposición individual en el Centro de Cultura Antiguo Instituto. La muestra es, según su propio autor, «interesante porque permite ver mi evolución tanto en el trazo como en el tratamiento del color». De hecho, es Golden quien recuerda al observador que sus dibujos más recientes parecen remontarse a los de sus inicios. «Con la tecnología digital, de la que hago uso habitual, mi arte vuelve a ser más como cuando yo era un adolescente: con líneas vacías y el color transformado por el ordenador».
La exposición sirve para acercarnos al trabajo exquisito y minucioso de un dibujante que, a pesar de haberse adaptado a las leyes del mercado editorial, conserva su propio sello. Gracias entre otras razones a su trabajo por cuentagotas que se distancia de los autores capaces de firmar un tebeo mensual y le convierten en un autor selecto y difícil de encontrar.
Golden no confiesa sus influencias; prefiere, dice, «pensar en mí mismo como único». Aunque inmediatamente asegura que lo que acaba de decir es «una broma» y menciona entonces su atracción por Mickey Mouse y Tintin, dos personajes míticos del dibujo, pero que poco o nada tienen que ver con la creación de superhéroes. «Es en este sentido en el que aseguro que soy un poco camaleónico porque he tratado de adaptar mi estilo a los requisitos de ese género de los superhéroes, de poses tan exagerados y cuerpos tan voluptuosos».
Al hilo de las nuevas tecnologías, Golden no cree que el cómic impreso vaya a desaparecer absorbido por los videojuegos o internet. «En todo caso -comenta- tenderá a adaptarse, pero el medio impreso siempre estará ahí porque llega a todas las edades y es barato, es muy accesible y es además la presentación más básica».
Golden, que llegó al mundo del cómic después de trabajar en la creación publicitaria, se encuentra en la actualidad inmerso en lo que llama «proyectos personales», relacionados con la explotación multimedia de sus personajes. El cine, la televisión, los videojuegos e, incluso, los muñecos inspirados o basados en superhéroes atraen a este autor que, pese a todo pretende mantenerse fiel a sí mismo. «Puede parecer que sólo pienso en el dinero, pero no es así. Creo, disfruto y respeto, siendo dueño del proceso creativo, pero si una casa como Marvel me llama para trabajar en sus personajes debe ofrecerme un incentivo lo suficientemente bueno como para que me aleje de otras cosas que quiero hacer y ese no es el caso».
Autocensura
El autor también habló en Gijón de la censura, un método que afecta al cómic, pero desde dentro de la propia industria. «Yo he sido director artístico de Marvel y si hay censura, insisto, si la hay, es la que se pone la propia empresa para no ofender a nadie. Es una censura de tipo comercial y que no tiene nada que ver con estándares morales o con ideas políticas. Por poner un ejemplo, el conocido personaje Nick Furia siempre fumó hasta que desde hace cinco años los personajes de cómic dejaron de fumar. Es una vía estúpida, pero que vuelve a ser necesaria si el objetivo es llegar al mercado de masas».
Orgulloso de sentirse parte de series como 'X-Men', 'Bucky O'Hare', 'Batman', los 'Micronautas' y el 'doctor Extraño', Michael Golden quiere, ante todo, «contar historias personales». Sus portadas de 'Rom', 'Vigilante', 'Detective Comics', 'The Nam', 'Punisher' y 'Parque Jurasico' llaman la atención de los entendidos por su «personalidad y elegancia», en palabras del comisario de la exposición, Faustino Arbesú. Los coleccionistas tienen además la oportunidad de hacerse con alguna de estas piezas únicas porque Golden las pone a la venta en Gijón a precios que van de los 400 a los 2.000 euros. «
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