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P. MERAYO
Miércoles, 24 de octubre 2007, 03:20
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Ha vivido siempre en la zona de la memoria en la que ensanchan definiciones los genios inconmensurables. Pero ahora la Sociedad Athelios quiere que Leonardo baje a la Tierra, que se muestre comprando camisas y pan, con trazo zurdo y necesidades de hombre más que de genio. Lo intenta en el Palacio Revillagigedo, en una exposición, abierta ayer al público y comisariada por Ferruccio Dendena, con el patrocinio de Cajastur. Pero no es fácil hacer convivir a Da Vinci (Anchiano, Italia,1452- 1519, castillo de Clos-Lucé Francia,) con el resto de los mortales y menos mostrando, como se muestra, el 'Códice Atlántico', o lo que es lo mismo los bocetos para volar, para ganar guerras, ideas para maquinaria mecánica, canales de navegación, estudios anatómicos, ingenios textiles y un sinfín de reflexiones, algunas, incluso literarias, plasmadas sobre papel entre 1483 y 1518.
En las tres plantas del palacio convive, además, con esos impresionantes modelos una serie de reconstrucciones de algunos de los ingenios propuestos por Leonardo en el siglo XVI, llevando así a las cuatro dimensiones aquello que dejó en herencia el maestro renacentista. Algunos, como su cojinete de bolas, se exhibe comparándolo con el modelo actual. Lo mismo ocurre con el reloj de Chiaravalle o con un proyecto de bicicleta, recreado en madera y reunido en esta muestra con la mejor dos ruedas de Ferrari, y también con un reluciente motor de Fórmula-1, de la misma marca, justo al lado de una intención de vehículo ideada por Da Vinci.
La muestra, en la que si uno está atento a las explicaciones escritas y a los dibujos del genio se pueden hallar perlas como una lista de la compra o evidencias de que Leonardo escribía tanto de derecha a izquierda o de izquierda a derecha, es posible gracias a Pompeo Leoni (Milán, 1533-Madrid, 1608). El escultor de la corte de Felipe II (autor del sepulcro de Fernando Valdés, el Inquisidor, que se levanta en Salas) fue quien recuperó todos los dibujos dispersos.
Fue él quien creó el 'Códice Atlántico', pegando en 400 cartones los cientos de bocetos del genio italiano. A veces recortando dibujos, otras veces copiando el trazo de Leonardo, algo que ha sido muy criticado, y siempre ordenando a su antojo el legado. El nombre del códice tiene que ver con el tamaño del libro que resultó de la reunión de dibujos, como un Atlas de grande. Aquel volumen de originales no fue editado hasta 1904, por Ulrico Hoepli. Restaurado, hoy se conserva en 12 volúmenes.
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