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DANIEL ROLDÁN
Jueves, 1 de noviembre 2007, 10:47
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El Atlético de Madrid volvió a la Liga de Campeones tras vencer en un partido intenso al Sevilla. Los 'colchoneros' y los hispalenses se divirtieron en el Calderón. Son como una pareja de baile de salón sincronizada desde las pestañas hasta las uñas de los pies. El estilo de juego de Aguirre se acopla al de Jiménez. El resultado fue un partido divertido, en el que el balón circulaba de lado a lado.
La fiesta comenzó en el primer minuto, al adelantar Maniche a los rojiblancos. Cuando aún los aficionados estaban poniéndose cómodos, Palop derribó a Maxi. Mejuto aguantó un poco antes de pitar el claro penalti y Maniche se aprovechó del rechace.
Javier Aguirre sonreía porque le había dicho a sus muchachos que tenían que darlo todo desde el comienzo. Con el tanto permitió que las líneas se retrasaran para buscar el contraataque. Al Sevilla esta propuesta le venía de maravilla. Desplegó a sus velocistas por las bandas y se lanzó a por los dominios de Leo Franco.
En una de esas internadas, Luis Fabiano cobró una falta y Maxi le regaló el gol. El partido seguía medio loco y los madrileños se pusieron otra vez por delante gracias a otro rechace. Palop rumiaba en arameo contra su defensa. Hizo una parada espectacular a tiro de Luis García, pero sus centrales dejaron que Agüero rematara solo de cabeza.
Pero en el Atlético no puede salir todo bien. Primero, la lesión de Forlán; segundo, el gol que metió Zé Castro en propia portería. El portugés y Leo Franco no se entendieron y un centro de Dani Alves acabó en la red rematado por el luso. Segundo empate del partido y los dos equipos a pensar nuevas opciones para acabar con el contrario. Encontraron la solución en una vieja opción: la marrullería. Se enzarzaron en un fútbol de tánganas, tarjetas amarillas, interrupciones y faltas.
La magia del 'Kun'
El balón desapareció y no se daban dos pases seguidos, hasta que el 'Kun' sacó parte de su magia. Colgó un balón con la puntita de lado a lado del área y Maxi, en una cabriola casi imposible, colocó el empeine para cruzar ante un impotente Palop. El Calderón soñaba con que su equipo se acostara en Liga de Campeones. Pero la hinchada tenía que sufrir. Boulahrouz y Luis Fabiano metieron el miedo en el cuerpo en dos oportunidades. En tiempo añadido todo el mundo se volvió loco. Jurado metió el cuarto y Luis Fabiano, el tercero. El Calderón tenía que sufrir hasta el final. 4 3
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