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Representación de 'Lucia' en el Campoamor en 2001. / M. ROJAS
La loca de la escena
Cultura

La loca de la escena

'Lucia di Lammermoor', una de las óperas más representadas en Asturias, regresa el jueves al Campoamor

RAMÓN AVELLO

Domingo, 11 de noviembre 2007, 02:25

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Así como la imaginación es la loca de la casa, 'Lucia di Lammermoor', la ópera de Gaetano Donizetti que se representará en el Teatro Campoamor a partir del próximo jueves, es la loca indiscutible de la escena ovetense. Loca por intensidad -su alteración mental es más grave que la de otras heroínas operísticas--, y loca por frecuencia y número. Sólo en el Teatro Campoamor se puso en escena 19 veces. Si a esto añadimos las representaciones que desde mediados del siglo XIX se realizaron en el antiguo teatro del Fontán, de las que da cuenta Leopoldo Alas 'Clarín' en la novela 'Su único hijo', podemos afirmar que 'Lucia' es la obra más veces representada en la historia de la ópera en Oviedo, ligeramente por encima de las 'Mimís', 'Toscas' y 'Violetas'.

¿Qué cualidades posee esta especie de Romeo y Julieta a la escocesa para encandilar generación tras generación, al público asturiano? Se pueden señalar, al menos, tres cualidades. La primera, el tratamiento de la línea melódica, una de las expresiones más logradas del más puro 'belcantismo' italiano. La segunda, la intensidad de sus personajes, especialmente manifestada en la tensión creciente de la protagonista. Finalmente, la sugerente atmósfera románticamente tenebrosa.

El libretista de 'Lucia di Lammermoor', Salvatore Cammarano, no sólo se inspiró, sino que siguió con bastante fidelidad la acción de la novela de Walter Scott 'La novia de Lammermoor', publicada en 1819. Estructurada en tres actos y siete cuadros, esta ópera, ambientada en la Escocia de principios del siglo XVII, cuenta la historia de amor y muerte entre dos familias británicas: los Ashnton y los Ravenswood.

Lord Enrico Ashnton plantea el matrimonio de su hermana, Lucia con el noble y adinerado Lord Arturo Buclaw. Lucia está enamorada de Edgardo, último señor de la casa de Ravenswood, acérrima enemiga de la casa de Ashnton. En el segundo cuadro del primer acto, Lucia y Edgardo se citan secretamente en el parque del antiguo castillo de Ravenswood, propiedad en ese momento de los Ashnton. Por cuestiones políticas, Edgardo debe partir al exilio. Los dos amantes se prometen fidelidad eterna.

Para disuadir a su hermana Lucia del amor por Edgardo, Lord Enrico le presenta una carta falsificada, supuestamente firmada por Edgardo, y en la que se muestra su infidelidad con Lucia. Con este ardid, Enrico convence a su hermana para que se case con Arturo. El día de la boda se desata la tragedia. La fiesta se interrumpe con la noticia de que Lucia, en un ataque de locura, ha matado a su esposo. En una de las más famosas escenas del teatro lírico, una delirante Lucia imagina que se casa con su amado Edgardo. En el último cuadro, Edgardo, al enterarse de la muerte de Lucia se suicida, con lo que termina el tremendo dramón.

Salvada por la voz

Y el caso es que esta historia de un romanticismo exaltado, desde su estreno en el Teatro San Carlo de Nápoles, en 1835, hasta el día de hoy, sigue emocionando no por su trama melodramática, a veces insulsa, sino por el acento lírico de las voces que hace de 'Lucia' una de las obras más intensas y ricas del romanticismo italiano anterior a Verdi.

En esta obra culminante de Donizetti, la orquestación está tratada con exquisito cuidado. Especialmente en los instrumentos individuales como la flauta, que acompaña la escena de la locura, el arpa, que crea el ambiente poético en la primera aparición de la protagonista o las trompas, que simbolizan al rígido Enrico.

De toda la obra, la parte capital es la gran escena de la locura, en la que el virtuosismo de la voz con acompañamiento obligado de flauta está puesto al servicio de la intensa expresividad. Otras secciones famosas de la obra son el aria fúnebre de la despedida de Edgardo 'Tu che a Dio spiega', todo un modelo de escritura lírica para tenor, el duetto 'Sulla tomba che rinserra' y, especialmente, el gran sexteto con coro del final del segundo acto 'Chi mi frena in tall momento'. En definitiva, una ópera para disfrutar de la melodía vocal, eje de toda la obra. El libreto de la ópera está basado en la novela 'La novia de Lamermoor', de Walter Scott. Ambientada en Escocia, cuenta la historia de amor y muerte entre Lucia Ashnton y Edgardo Ravenswood. Una especie de Romeo y Julieta a la escocesa.

Prototipo de ópera belcantista, la adornada línea melódica de gran virtuosismo y belleza, refleja, además, la expresión pasional de los protagonistas. La 'escena de la locura', en el cuadro segundo del tercer acto, constituye el punto culminante de la obra.

Coros de cazadores en el primer acto, la escena de la tormenta en el segundo, el desenlace final en el cementerio son algunos trazos de la atmósfera romántica que se recrea en la ópera. Algunos recursos musicales, como la asociación entre la voz y la flauta, fueron muy imitados. Lucia di Lammermoor El personaje de Edgardo, escrito para tenor, es un rol de gran belleza lírica y al mismo tiempo cierta solemnidad. El punto culminante de su actuación está en el recitativo, cavatina y cabaletta del cuadro final de la ópera. José Bros, uno de los tenores más ligados al Campoamor, encarna, por segunda vez en Oviedo, este papel.

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