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J. A. B.
Viernes, 23 de noviembre 2007, 01:57
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Ambos matizaron las declaraciones hechas ayer en sede parlamentaria por el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, en el sentido de que durante las tres primeras semanas de noviembre se ha apreciado una cierta contención en las subidas arrastradas por la carne de pollo, los huevos, la harina, el pan y la leche, productos que acumulan incrementos de dos dígitos tras el verano. Vegara explicó que esa «estabilización», basada en datos de los mercados mayoristas recogidos por la empresa pública Mercasa, «no implica que vayamos a experimentar un descenso rápido de la inflación». De hecho, en el Ministerio de Economía y Hacienda tienen claro que esa bajada aún «tardará un tiempo», si bien tienen confianza en que dicha partida «se irá ausentando progresivamente» de la evolución alcista del índice de precios de consumo (IPC). Sus datos, explicaron Vegara y Solbes (este último en el marco de unas jornadas sobre los Presupuestos del Estado para 2008 organizadas por APD), les hacen pensar en un «ajuste progresivo» de la inflación que permitirá un pequeño descenso para enero próximo, en consonancia con un periodo de «relativa estabilidad» en las tarifas energética y alimentaria.
Siempre contrario a 'mojarse' en previsiones a largo plazo, el vicepresidente económico justificó la confianza de su departamento en una caída estimable de los precios dentro de un año en el llamado 'efecto base'. Este sale de su comparación interanual que, por ejemplo, ahora perjudica a la economía española porque a finales de 2006 el barril de crudo y los alimentos estaban más baratos, y que «previsiblemente» deparará lo contrario al cierre de 2008 por los máximos actuales.
Próximo «repunte»
Eso sí, Vegara admitió que antes «podría haber un repunte adicional» del IPC, seguramente en noviembre, una situación frente a la que -dijo- el Gobierno trabaja en medidas a medio y largo plazo en materia de eficiencia energética, flexibilización de los mercados en origen y seguimiento del consumo interno para que no se dispare. En cuanto a la investigación abierta por la nueva Comisión Nacional de la Competencia sobre la posible existencia de un pacto para elevar los precios de algunos alimentos, el secretario de Estado evitó hacer comentarios que pudieran interferir en el expediente informativo que se tramita y abogó por «dejar trabajar» a las autoridades competentes.
En el centro de esas pesquisas están por ahora varias empresas alimentarias pero ninguna de la distribución comercial, que no han sido contactadas por la propia CNC, pese a que su presidente, Luis Berenguer, dijo que convendría liberalizar sus horarios para ayudar a bajar los precios. Las patronales del pequeño comercio (CEC) y los supermercados (ASEDAS) mostraron ayer su «absoluto rechazo» a esa propuesta, al tiempo que estimaron «imposible» que ellos puedan participar en algún pacto para encarecer los alimentos debido a sus «reducidos» márgenes. Los comerciantes de barrio amenazaron incluso con «movilizar» a los tres millones de votantes que representan si algún partido pretende modificar la legislación actual en esa materia.
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