Un libro de cumbres

No ha vivido en primera persona los tres cuartos de historia del club, pero ha reunido el testimonio de algunos de los últimos pioneros supervivientes para reconstruir con precisión los nombres, fechas y lugares de la ruta seguida por el grupo decano del montañismo asturiano desde sus inicios. José Luis Aller, ex presidente de la Agrupación Montañera Astur Torrecerredo, presentó ayer en la sede social el libro conmemorativo del 75 aniversario de este club, heredero del Estrella Blanca, que remonta su acta fundacional a junio de 1932.

El autor de 'Torrecerredo, 75 años' comenzó a perfilar la obra «hace ya unos años», con motivo de un proyecto más amplio sobre el montañismo gijonés en el siglo XX. Asegura que «ahí encontré el punto de partida y lo más complicado fue indagar sobre los inicios del club, porque ya no quedan supervivientes. La suerte es que hace años todavía pude contactar con alguno de los pioneros, que me facilitó la cosa», como fue el caso de los ya fallecidos Victoriano Sierra o Pío Canga, padre de Bernardo Canga, colaborador de este periódico. Por el contrario, señala que para reflejar en el libro los años más recientes se encontró con que «el problema fue tener que condensar datos e información, porque hay mucha actividad».

José Luis Aller hermanó su historia personal con la del grupo hace más de medio siglo. Se hizo socio en los años 50, cuando Torrecerredo trasladó sus locales a la calle de Covadonga, y recuerda «mucho a las personas que fueron mis primeros maestros en el montañismo. Te iban enseñando cosas y rutas en las salidas colectivas de fin de semana». Desde el senderismo extendió su actividad al esquí y asegura, como anécdota, que «algún año llegué a esquiar entre Asturias y León durante los doce meses, porque siempre había nieve en la montaña, a diferencia de ahora, que se notan claramente los efectos del cambio climático». Al cabo del tiempo, afirma, «uno va pasando poco a poco de alumno a maestro», aunque él llegó más allá y fue el rector del club en los años 70, como sucesor de Horacio Rodríguez Medina.

José Luis resalta que la actividad de Torrecerredo «ha ido creciendo y hoy en día es un club consolidado. El montañismo cada vez tiene más aficionados y la gente dispone ahora de más medios y facilidades para practicarlo».

Torrecerredo, club presidido en nuestros días por Amador Fernández Carnero, cuenta con un millar y medio de socios y socias, una espaciosa sede en propiedad en la calle de Joaquín Fernández Acebal, tres secciones específicas con vida propia (montaña, escalada y esquí) y una filial, Peña Castil. Además, corre con la organización, desde la primera edición, de la Semana Internacional de Montaña de Gijón, que está considerado uno de los certámenes de la mayor altitud en este género de la Península Ibérica.

Entre los galardones con los que ha sido distinguida la agrupación están las medallas de plata del Principado de Asturias y del Ayuntamiento de Gijón, así como el Premio del Deporte de EL COMERCIO en su última edición.

Montaña y arte

El libro presentado ayer ofrece, además de la historia del club reunida por José Luis Aller, diversos artículos sobre arte y montaña y reproducciones de obras de temática montañera realizadas por pintores asturianos. Con todo, afirma su autor, «quedó un volumen muy completo».

La primera edición tiene una tirada de 2.500 ejemplares, que serán repartidos mayoritariamente entre las entidades patrocinadores y los socios. Ellos son, a fin de cuentas, el protagonista colectivo de este libro de cumbres.