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E. MONTES
Viernes, 29 de febrero 2008, 04:06
Puede que fuera porque sus orígenes docentes se remontan a la Filosofía o porque el pensamiento es el primer estadio de cualquier acción del homo sapiens, pero lo cierto es que José Luis Iglesias Riopedre atribuyó a la filosofía el determinante papel de ser «la única forma seria y rigurosa de salir de la crisis de pensamiento que atravesamos en este momento. Sin diálogo no hay razón ni comunicación, y hemos de utilizar la filosofía y la educación para salir de este marasmo que no nos conduce a ninguna parte. Cada vez son más necesarias para afrontar los retos que tenemos por delante».
El consejero de Educación y Ciencia mostró su versión más pesimista de estos comienzos de siglo ante más de un centenar de participantes en el XX Seminario Internacional de Profesores de Filosofía para Niños que se celebra en Gijón. Avalado por las cuatro mujeres fallecidas anteayer a consecuencia de la violencia de género, por las que se guardó un minuto de silencio antes de inaugurar el seminario, Riopedre no dudó en afirmar que «no están los tiempos para la lírica», habló de «violencia irracional» y condensó en el título de una las ponencias «el reflejo de la sociedad en que estamos».
Dialogar para crecer
'Si no me permites comer, no me pidas entonces que dialogue' es el nombre de la exposición que captó la atención del consejero, pero que tambien trata de reflejar el sentido genérico del seminario. Según señaló el presidente del Centro de Filosofía para Niños de Asturias, José Manuel Gutiérrez, el tema central sobre el que girarán las intervenciones y los debates es «dialogar para crecer», de ahí que el concejal de Educación y Cultura instara a los presentes a «fomentar el diálogo ya. No para hacer de los niños mejores hombres y mujeres del futuro, sino para hacerlos a ellos mismos niños dialogantes», explicó Justo Vilabrille.
Tanto el concejal como el consejero hicieron referencia a la creciente sociedad multicultural española y aludieron a la imperiosa necesidad de diálogo que se percibe. «Si negamos al otro no hay posibilidad alguna de comunicación», dijo Riopedre, mientras Vilabrille, quien invitó a los presentes a «disfrutar y conocer Gijón», añadió que «con diálogo todo es posible».
En cualquier caso, el pesimismo reinaba ayer en la sala de trabajo de los profesores de Filosofía para niños, porque hasta el representante de los centros de Venezuela hizo alusión al «continuo déficit de competencia que tenemos en el mundo para poder convivir, la sociedad globalizada nos permite ver lo mal que lo estamos haciendo». Y Álvaro Márquez insistió en el valor de imprimir a los niños «el pensamiento tolerante, como un reclamo constante y permanente» para la convivencia.
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