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EVA MONTES
Sábado, 14 de junio 2008, 04:44
Puede que no encuentren empleo con la facilidad con que la dureza de sus estudios requeriría, pero ayer, los más de un centenar de ingenieros industriales, informáticos y de telecomunicaciones que recogieron los diplomas de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería recibieron con ellos el reconocimiento de todos los estamentos que antes o después van a tener alguna incidencia en su vida. La Universidad, el Principado y el Ayuntamiento coincidieron ante un auditorio de más de 700 personas en que el prestigio del campus de Gijón les proporciona el pasaporte a la competitividad.
El rector de la Universidad de Oviedo, quien presidió un acto que cuenta con la tradicional presencia no sólo de autoridades políticas sino de decanos de otros campus, como José Riera, de Medicina, y Concha Masa, de Ciencias, alentó a los nuevos titulados a no desfallecer. «Tenéis perspectivas profesionales mejores que hace dos años y si no os contestan a los curriculum no os desaniméis, no os quedéis pasivos, seguid intentándolo, porque no sois inferiores a ninguno de vuestros colegas. El prestigio de la escuela la homologa con cualquier otra del entorno europeo», afirmó Vicente Gotor.
Claves para el futuro
Pero sus palabras, que fueron las últimas de unas extensas intervenciones, no hicieron más que ratificar las anteriores. El concejal de Promoción Económica e Innovación, José María Pérez, fue contundente: «Sois un elemento clave para el futuro», dijo, tras reconocer entre los diplomados algunas caras «que he visto en las oficinas de Thyssen y de Indra. Y es porque las dos empresas tomaron la decisión de instalarse aquí por la confianza y la capacidad que inspira la escuela del campus de Gijón. Por eso os necesitamos para el futuro, porque ellas crecerán con gente como vosotros. Todos esperamos mucho de vosotros», sentenció el concejal.
A ambas autoridades, además del viceconsejero Herminio Sastre, quien les instó a «competir con todo el mundo», y de Ricardo Tucho, que presidió ayer su última entrega de diplomas como director de la escuela regando su intervención de agradecimientos, los estaban escuchando dos centenares de jóvenes ingenieros que ya habían escuchado del catedrático de Organización de Empresas Adenso Díaz una ingeniosa entronización a la relación entre empresa y sociedad. Y entre los nuevos diplomados, uno repetido hasta la saciedad: Santiago Bordiú subió cinco veces al escenario. Ya es ingeniero industrial.
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