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El maestro de paleontólogos, Emiliano Aguirre, publica su nuevo libro 'Homo hispánico' /E. C.
«Hay fósiles mezcla de neandertal y moderno y no se reconoce porque no se quiere reconocer»
EMILIANO AGUIRRE PALEONTÓLOGO

«Hay fósiles mezcla de neandertal y moderno y no se reconoce porque no se quiere reconocer»

El autor de la primera investigación de Atapuerca explica el valor de los hallazgos de El Sidrón en su último libro

A. PRÁDANOS

Martes, 8 de julio 2008, 04:35

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Emiliano Aguirre (Ferrol, 1925), 'patriarca' de la paleontología española y pionero de las excavaciones de Atapuerca en 1976, sigue en la brecha. Jubilado pero en plena ebullición intelectual, acaba de publicar un nuevo libro, 'Homo Hispánico' (Ed. Espasa), en el que compendia desde los hallazgos de los yacimientos fósiles ibéricos -El Sidrón, Sima de los Huesos, Sima del Elefante, Gran Dolina, Orce, Cabezo Gordo, cuevas de Gibraltar y tantos otros- al esclarecimiento de enigmas sobre la evolución del 'sapiens' actual y otras especies coetáneas de nuestros ancestros y hoy desaparecidas, como el neandertal. «En los últimos 30 años están saliendo gran cantidad de fósiles humanos, algunos maravillosos y muy singulares», asegura.

-¿Qué parte ocupan los fósiles humanos de la Península Ibérica en el rompecabezas de la evolución humana?

-En España hay fósiles humanos de los más antiguos de Europa, de alrededor de 1,3 millones de años, como los de Orce (Granada), los de la Sima del Elefante en Atapuerca descubiertos el año pasado, y una falange de un dedo encontrada en Cueva Victoria, cerca de La Unión, Cartagena. Y hay, sobre todo, dos yacimientos de fósiles humanos totalmente excepcionales porque cuentan con una cantidad inédita de fósiles de unas épocas de las que se han descubierto muy pocos en todo el mundo, y además, muy dispersos. Aquí se han localizado 5.000 en la Sima de los Huesos, de una treintena de esqueletos, con una antigüedad de más de 300.000 años. Y luego están los del 'estrato Aurora' de la Gran Dolina, también en Atapuerca, datados en 800.000 años o más, que es una época de la que hasta ahora hay poquísimo fósil humano, salvo en la isla de Java (Indonesia). Allí se conocen unos 60 o 70 fósiles hallados en sitios distintos, muy fragmentados y muy sueltos. La ventaja es que nosotros tenemos fósiles de varias edades dentro de un tramo de más de un millón d años en un mismo sitio. En el conjunto de la Sierra de Atapuerca está representado en fósiles casi todo el Cuaternario.

-¿Qué cabe esperar de Atapuerca en un futuro?

- En 1976, cuando presenté la idea para las excavaciones, había que pedir dinero para un trienio. Yo ya dije entonces que con un trienio no había ni para empezar porque había trabajo para decenas de años. Llevamos tres décadas y estamos empezando. Eudald Carbonell (codirector del yacimiento burgalés) asegura que hay 'tajo' para siglos.

-¿Por qué no acaba de arraigar como denominación científica la de homo 'antecessor' que se da a los fósiles más antiguos del yacimiento?

- Cuando (los actuales responsables del proyecto) hicieron pública esa denominación no me lo comentaron porque sabían que a mí no me gustaba poner nombres latinos a los fósiles humanos. Sólo en Europa tenemos para este período del Pleistoceno, desde hace 1,8 millones de años, como una docena de nombres específicos de especies humanas. Y en cambio, para todos los fósiles humanos hallados en Indonesia, Java, la India y China, los metemos todos en el baúl de 'homo erectus'. Y al revés. Así que estos nombres latinos de la nomenclatura inventada por Linneo en el siglo XVIII tienen mucho de subjetivo.

- En España hay yacimientos como el asturiano de El Sidrón muy relevantes para la otra gran especie humana, el neandertal, que coexistió en la Península Ibérica con nuestros antepasados.

- En España convivieron los neandertales con los que llamamos 'modernos', como nosotros, desde hace 40.000 años -que fue cuando entraron los primeros 'modernos' por Europa y el norte de España- y se fueron extendiendo, hasta hace unos 27.000 años, cuando quedaban los últimos neandertales en el extremo sur de la costa de Portugal y Gibraltar. De manera que durante 10 ó 12 milenios anduvieron más o menos juntos y llegaron a intercambiar herramientas y algunos objetos de adorno y materiales, así que algo se podían tratar.

-¿Usted cree que pudo haber cruce genético, es decir, sexo entre los neandertales y nuestros antepasados 'modernos'?

- Yo conozco fósiles que son mezcla de neandertal y moderno, y si no se reconoce es porque no se quiere reconocer. Pero los hay y los he tenido en la mano. Fósiles de Yebel Irhoud (Marruecos), descubiertos en los años 50, un par de cráneos y algunas mandíbulas, que tienen rasgos faciales de moderno y el cráneo neandertal. En Irak, Palestina, Israel, hay otros que son un poco al revés; lo que tienen en la cara como el neandertal y el cráneo más ancho en la frente, ésta más levantada y el occipital no terminado en punta sino más redondo. Se les llama 'neandertales de Levante', pero antes de los neandertales esa zona ya estaba ocupada por 'modernos'. Los neandertales de Levante se parecen más a nuestros antepasados africanos que a los neandertales europeos. Por algo sería.

-En el libro usted recuerda las distintas épocas de calentamiento global, hace millones de años, a las que los distintos géneros de homínidos se fueron adaptando. ¿Se adaptará también el 'homo sapiens'?

- Ha habido épocas de calentamiento de la Tierra mucho más intenso que ahora; a mitad del Jurásico, a mitad del Cretácico, en el Eoceno, hace más de 40 millones de años, y los últimos grandes calores del Mioceno, de algo más de 20 millones de años. En esa época hubo una cantidad enorme de dióxido de carbono en la atmósfera y en el agua, pero los paleontólogos sabemos que después de estos máximos luego ha cesado ese calor, volvieron a bajar las temperaturas terrestres.

- ¿Por qué bajaron?

- Porque algo o alguien se 'comió' el CO2. El fondo del mar, los microbios del plancton, los erizos de mar, las ostras y las ballenas, sus esqueletos, que son capaces de secuestrar cantidades enormes de dióxido de carbono. Ahora, si no sólo talamos los bosques sino también contaminamos los océanos, impedimos que se formen los arrecifes que también absorben CO2, etc, etc, lo que estamos haciendo es emitir todo ese dióxido de carbono a la atmósfera. Eso me da cierto miedo, pero no olvidemos que nuestros antepasados del género 'homo', y aun antes que ellos homínidos primitivos como los australopitecos de África, superaron también épocas muy cálidas. De modo que el susto es la necesidad de adaptarnos. El clima ha estado cambiando todo el tiempo, con distintos ritmos... Aquí tuvimos mamuts y rinocerontes lanudos hasta hace menos de 20.000 años, en una de las últimas etapas glaciales. Lo que tenemos que hacer, el 'homo sapiens', es no violentar el cambio climático natural, sino dejar a la naturaleza que se adapte y nosotros con ella. Adaptarse y no destruir el entorno.

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