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¿Somos todos adictos?
PSICÓLOGO DE CABECERA

¿Somos todos adictos?

MIGUEL SILVEIRA PSICÓLOGO CLÍNICO

Domingo, 13 de julio 2008, 04:33

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Digámoslo sin rodeos y sin tapujos, tan adicto es quien se mete unas rayas de coca con frecuencia como quien no puede pasar sin jugarse los euros en el bingo o en loterías, quien entra en Internet a ver páginas guarras o quien se gasta el dinero sin control en diferentes compras, por no decir quien se atiborra de bombones o se mete en el gimnasio varios dias en semana para ponerse cachas y si falta unos dias le entra el síndrome de abstinencia. El adicto vive esclavo de cualquier afición y ve estrecharse su campo de visión sin ser capaz de diversificar sus intereses y encontrar alternativas a su impulso dominante.

Atrapado por un vicio (eso es una adicción en palabras modernas) lo utiliza para aplacar su ansiedad, su desazón vital o su desasosiego. El adicto se hace desde el mismo momento en que descubre que una acción le reporta bienestar aunque tal bienestar se torne luego en malestar o pesadilla. El adicto es un ser pegado a una tendencia dominante, a un impulso absorbente y patológico, como un hombre pegado a una nariz según Quevedo. Y cuando se encuentra con que el impulso le trae muy serias consecuencias es cuando se da cuenta de que está ya atrapado y quisiera salir pero ve que no puede. La adicción es más fuerte que su voluntad y por eso sucumbe. Por eso y porque, no hay que engañarse, encuentra, en el momento en que cae en la adicción, un bienestar que es incapaz de encontrar en la autodisciplina. Tres son los caminos esenciales existen para irse liberando del dominio que ejerce el canto de sirena del objeto, el producto o el servicio que consume.

El primero es la firme, férrea e indómita voluntad de dejar de consumir, de abandonar el vicio o el apetito. El segundo tener las ideas claras, no engañarse y saber que se puede vivir bien sin tal esclavitud y que hay alternativas. Y el tercero es la perseverancia o la constancia a prueba de seísmos.

Puede haber otros recursos como apoyos humanos, tranquilizantes varios, terapias de diferentes clases, pero eso son recursos accesorios al fin y al cabo. Casi si se me aprieta, faltando eso esencial, todo lo demás son chi-flos de gaita.

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