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A. CORDERO
Domingo, 31 de agosto 2008, 04:47
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La gente coge el coche diariamente para trabajar, para ir a hacer la compra, o para llevar a los niños a la escuela. Sin embargo, es en vacaciones, y sólo en vacaciones, cuando nos dignamos a revisarlo, y es que los doscientos kilómetros que separan nuestra casa del pueblo de veraneo, bien lo merecen. Éste es el motivo por el que los talleres no paran en verano; pero llega septiembre, y los mecánicos se frotan las manos. Pronto comenzarán sus vacaciones.
-Pues eso, que los mecánicos en verano no paran, ¿no es cierto?
-¡Como la vida misma! Te diría que entre junio, julio, y agosto es cuando nos comemos la mayor parte del pastel.
-¿Son sólo las vacaciones o hay algo más?
-Fundamentalmente las vacaciones, pero también las revisiones previas a la ITV, las reparaciones posteriores...
-¿Deberíamos revisar el coche más frecuentemente?
-Sí, yo creo que sí. Fundamentalmente la suspensión, los frenos y los neumáticos deberían de revisarse con bastante frecuencia.
-¿Descuidamos el mantenimeinto del coche ahora que el poder adquisitivo disminuye?
-Bueno, no creo que sea una cuestión de descuidarlo. Lo que sí es verdad es que la gente intenta reparar el mayor número de cosas con el menor coste posible...
-Pero entonces no han notado un bajón especial.
-En este centro particularmente no, pero sí sé de otros talleres que han notado ya un descenso de clientes.
-Contésteme con sinceridad, ¿arreglamos el coche sólo cuando es imprescindible?
-Bueno, depende de el tipo de fallo que sea. Por ejemplo, si a un cliente le dices que tiene un problema de frenos, por lo general no duda en arreglarlo. Pero también es verdad que muchas veces esperamos demasiado...
-La clientela de un taller está muy relacionada con la confianza, me imagino.
-Sí, la gente necesita saber que deja el coche en buenas manos. Nosotros tenemos un programa de formación bastante ambicioso que nos permite ser muy fiables, aunque, en cualquier caso, nadie está libre de equivocarse.
-Naturalmente. ¿Y en ese caso?
-Hay que ser claro con el cliente, decirle lo que ha pasado y solventarlo.
-Ya para acabar, hábleme de sus vacaciones, ¿para cuándo?
-Pues no lo sé aún, en noviembre y diciembre es cuando más gente las tiene... Eso sí, tenemos primas por cogerlas tan tarde.
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