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Buyo se anticipa a Ferrero, en un partido disputado en el Sánchez Pizjuan, en los 80. / E. C.
El mal fario de Nervión
Sporting

El mal fario de Nervión

El Sporting sólo ganó en cuatro de las 41 visitas ligueras que realizó al Sánchez Pizjuán de Sevilla, un estadio donde sólo logró ocho empates

MANUEL ROSETY

Miércoles, 10 de septiembre 2008, 17:36

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El Sánchez Pizjuán no es un campo propicio para el Sporting. Al menos eso es lo que reflejan las estadísticas. Los rojiblancos intentarán romper el próximo sábado el maleficio que parece pesar sobre ellos, ya que en las 41 visitas realizadas al estadio del Sevilla sólo ganó en cuatro ocasiones y empató en otras ocho.

El último triunfo rojiblanco en Sevilla, al margen del c onseguido la pasada campaña ante el filial, se produjo hace casi quince años. Fue el cinco de diciembre de 1993, con García Remón en el banquillo rojiblanco y Luis Aragonés, en el sevillista. Óscar y Míner marcaron los goles del triunfo gijonés y Abelardo, en un desvío infortunado, el de los hispalenses. Desde entonces, se produjeron otras cinco visitas, con un único empate, en Segunda División, en la última visita gijonesa, en la que Olivera marcó en el último minuto el tanto del empate, tras haberse adelantado Manel. Fue un encuentro en el que Acebal ganó el dispositivo táctico a Caparrós.

En la campaña pasada, el conjunto gijonés rompió varios gafes, según las estadísticas de resultados precedentes, con casos similares al de Sevilla. El primero fue el triunfo en Jerez, donde siempre había perdido, y el segundo en Soria, donde nunca había ganado.

Los mejores resultados del equipo gijonés en el Sánchez Pizjuán coincidieron con una de las etapas más brillantes de los rojiblancos. Fuen en los inicios de la década de los 80, después de que en las primeras visitas, en los años 40, el Sporting saliera vapuleado del entonces denominado Nervión, como aún se le conoce popularmente, que coincidió con la etapa en la que el Sevilla obtuvo el único título liguero que tiene en sus vitrinas. Eran tiempos en los que destacaban Araujo y Arza en la delantera hispalense.

En épocas más recientes, en la década de los años 70 y 80, hubo una serie de delanteros que se le atragantaban a los zagueros rojiblancos. Entre otros, los más recordados son el paraguayo Acosta, el argentino Scotta, el austriaco Polster y el chileno Zamorano, así como el africano Biri Biri, que se convirtió en una especie de ídolo en la capital hispalense, tras llegar de Gambia. También el sevillano Ramón, que sólo destacó en tres temporadas, se dejó notar en su eficacia goleadora, además de Magdaleno y Cholo. Este último, de forma fortuita, provocó una grave lesión al rojiblanco Jaime.

Una de las pocas alegrías que llevó el Sporting en el Sánchez Pizjuán fue la clasificación para su primera final de la Copa del Rey, en 1981, en una eliminatoria en la que hubo que luchar contra el rival y los 47 grados centígrados que marcaba el termómetro. Este sábado, el partido nocturno evitará el agobio de la meteorología.

El Sevilla se mira como un ejemplo del cambio que tuvo en su política deportiva y económica después del último ascenso, para pasar de ser un conjunto ascensor, que había sufrido dos descensos por la vía deportiva, además de otro por vía administrativa, que se evitó en los despachos a última hora. Ahora, el club hispalense, con fuertes respaldos económicos, tanto publicitarios como institucionales, se convirtió en uno de los equipos españoles fijos en las competiciones europeas.

Víctima aparente

En esta ocasión, el Sporting acude al Sánchez Pizjuán como víctima, ante un rival que lleva tres años en la élite del fútbol continental, además de haber logrado una plantilla con una buena inversión en refuerzos, tras la marcha de algunas de sus figuras, como Poulsen, que se fue al Juventus, y Alves y Keita, al Barcelona. Para compensar estas bajas llegaron Duscher, del Racing de Santander; Squillaci, del Lyon; Romaric, del Le Mans; Acosta, del Lanús; Fernando Navarro, del Mallorca, y Konko, del Genoa.

En la primera jornada, los sevillanos no pasaron del empate en el Sardinero, pese a ir por delante en el marcador. Preciado valora principalmente el potencial hispalense, sobre todo por las bandas, con Navas y Capel, y en la delantera, con Kanouté y Luis Fabiano.

El trabajo del técnico cántabro está enfocado a presionar mucho a la zaga rival para evitar que pueda generar su fútbol, que es bastante vertical, como reza en el informe que tiene el entrenador rojiblanco, además de haber visto al rival en un vídeo del último partido.

El objetivo del Sporting es romper el mal fario del Sánchez Pizjuán que parece afectarles por tradición. En estos casos suele decirse que las estadísticas están para romperlas.

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