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D. VARELA
Jueves, 4 de diciembre 2008, 04:13
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El hincha del Olympique de Marsella Santos Mirasierra entró en el juzgado entre los aplausos de sus familiares y amigos. En todo momento proclamó su inocencia y se consideró un chivo expiatorio por su condición de ultra: «Soy inocente. He dado toda mi vida para animar al Olympique y siempre he luchado contra el racismo. No soy un criminal». Mantuvo que los altercados fueron iniciados por la policía al intentar retirar en el estadio Vicente Calderón una pancarta que las fuerzas de seguridad consideraban racista. Según Mirasierra, lleva 14 años portándola por diversos campos y nunca tuvo problemas.
El ultra negó las acusaciones de la Fiscalía, que pide ocho años de prisión por alteración del orden público, atentado contra la autoridad y un delito de lesiones por agredir a un agente al lanzarle una silla que le provocó una brecha durante los incidentes ocurridos en el partido Atlético- Olympique Marsella.
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