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Pablo Martínez en El Pinar, fosa común en la Guerra Civil y hoy área recreativa. / TANIA
Castrillón busca a sus desaparecidos
Castrillon

Castrillón busca a sus desaparecidos

Familiares de represaliados en la Guerra Civil se plantean pedir la apertura de fosas en el concejo

JOSÉ L. GONZÁLEZ

Domingo, 30 de agosto 2009, 04:41

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Octubre de 1937. Las tropas nacionales dominan la comarca de Avilés y comienza lo que los historiadores han denominado «la represión franquista». Detenciones, interrogatorios y desapariciones de cientos de personas, que acabaron sus días enterrados en lugares desconocidos. Más de setenta años después, algunos de sus descendientes siguen buscando el lugar en el que yacen los restos de sus antepasados.

Es el caso de Pablo Martínez Corral, historiador y biznieto de Melitón Luengo Corral, desparecido tras pasar por el centro de operaciones en la comarca de la Brigada de Investigación del régimen franquista. Ahora, tras la aprobación por parte del Ayuntamiento de Castrillón de una moción para dignificar las fosas comunes de Salinas y La Lloba y facilitar las tareas de prospección para la búsqueda de los restos de los desaparecidos, el joven historiador ve una puerta abierta para restituir la memoria de su familia. «Como familiar, me gustaría saber exactamente donde está y, para conseguirlo, la única opción es abrir», afirma.

No será un proceso sencillo. De hecho, ni siquiera sabe si lo va a poner en marcha. Lo que sí tiene claro, es que intentará aportar sus conocimientos para localizar el lugar exacto en el que se encuentran estas dos fosas en las que podría haber restos de unas cincuenta personas, según las estimaciones de los historiadores. «Recuperarlos va a ser una tarea complicada, pero creo que la gente está en su derecho de poder sacar los restos de sus familiares», sostiene.

El proceso

Y será complicado porque para poder abrir estas fosas es necesario contar con una orden judicial, además de conocer de forma precisa la ubicación de las mismas. Otro de los problemas que se plantea es la posible negativa a que se abran por parte de otros descendientes de desaparecidos enterrados en estos emplazamientos.

Con la moción aún caliente, Pablo Martínez Corral trabaja ya para reunir a un grupo de expertos que puedan arrojar un poco más de luz sobre un asunto lleno de aristas. «Hay muchas dudas legales y hacen falta asesores», reconoce.

Este joven historiador ha elaborado un extenso trabajo sobre la etapa de la Guerra Civil en Castrillón junto al filólogo Rubén Chimeno. Fueron años de estudio y entrevistas a personas que vivieron esa época en la que recabaron testimonios de testigos de lo que ocurrió en torno a estas dos fosas.

«Según nuestras investigaciones, la de El Pinar de Salinas estuvo en funcionamiento desde el 21 de octubre de 1937 hasta enero de 1938. Tenemos testimonios de personas, que en aquel momento eran niños, y que vieron los cadáveres de sus padres antes de ser enterrados», asegura el historiador.

La otra gran fosa del concejo, también según las investigaciones de Chimeno y Corral, habría estado operativa desde el mes de noviembre de 1937. «Creemos que era una fosa grande porque antes fue una trinchera de segunda línea y no hacía falta cavar para enterrar los cadáveres», señaló Pablo Martínez Corral.

Por ahora, el joven historiador deberá consultar con su familia las posibilidades de iniciar el proceso para recuperar los restos de su bisabuelo. Mientras tanto, continúa investigando para ponérselo más fácil a otros familiares de personas desaparecidas.

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