Compañeros del trabajador fallecido en Armón se manifiestan frente a la factoría
Denuncian que falleció asfixiado
Nacho Prieto
Lunes, 26 de mayo 2014, 11:53
Los compañeros de Agustín Garrido, el joven de 30 años que el pasado viernes falleció en la factoría que Astilleros Armón tienen en Gijón, se han manifestado esta mañana a partir de las ocho a las puertas de la fábrica en acto de protesta. Según apuntan los propios trabajadores, la concentración ha contado con la presencia de "toda la fábrica, que ha quedado paralizada". Pese a que el resultado de la autopsia pertenece al sumario de la investigación judicial sobre lo sucedido, ellos aseguran que Agustín murió asfixiado.
La asfixia por inhalación de gas argón, habitualmente utilizado en soldadura, apareció desde el principio como principal hipótesis de la causa del fallecimiento, especialmente porque, según pudo saber ayer este periódico, Agustín Garrido no pudo salir por su propio pie del tanque en el que se encontraba trabajando, para caer posteriormente desplomado, sino que fue localizado por sus compañeros con la máscara de soldador todavía puesta, y extraído su cuerpo del lugar donde faenaba, posiblemente ya sin vida, aunque durante algún tiempo se intentó la reanimación.
El argón no es un gas tóxico, pero desplaza al oxígeno, de forma que asfixia a quien lo respira. Se usa en trabajos de soldadura para conseguir mejores resultados, ya que la soldadura queda más limpia y resistente si se aísla del oxígeno. Quiere decirse que aplicar argón es voluntario, no un escape, cuando se está soldando, pero resulta peligroso cuando se trabaja en lugares confinados y con escasa ventilación. Por otra parte, es inodoro, de forma que el trabajador puede quedarse sin oxígeno sin tan siquiera darse cuenta, lo que da pie a la expresión 'muerte dulce'.
Sin perjuicio de las investigaciones que están en marcha, el resultado de la autopsia apunta a que Agustín Garrido murió cuando realizaba una soldadura con argón en un lugar carente de la ventilación adecuada, y se quedó sin aire.
Con ese convencimiento, compañeros del fallecido el pasado viernes tienen previsto protagonizar hoy un plante para pedir medidas de seguridad en el astillero, al que consideran responsable de las condiciones de trabajo en el mismo. En ese sentido, varios sindicatos han reclamado ya una especial vigilancia en las empresas donde se registran accidentes mortales de forma reiterada. En la factoría gijonesa de Astilleros Armón ocurrieron tres accidentes graves, dos de ellos mortales, en menos de un año.
El pasado 16 de julio perdió la vida un buzo leonés de 42 años que realizaba labores de limpieza de fondos del dique. Asimismo, el pasado 6 de noviembre, un joven de 30 años resultó herido cuando realizaba labores de montaje. El operario quedó atrapado por dos chapas de metal de gran tamaño y tuvo que ser excarcelado por los bomberos.
Agustín Garrido trabajaba para Inprebal, una subcontrata de Armón, desde hace algo más de un año. Cerca de una treintena de personas de esa empresa prestan actualmente servicio en el astillero gijonés. Ayer fue sepultado en Tuña, donde vive gran parte de su familia, si bien era vecino de Oviedo.