Ingeniero del Año con visión de futuro

El éxito les pilló por sorpresa. El año pasado la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón fue escenario de la convocatoria y entrega del primer Premio Ingeniero del Año de Asturias, que no sólo sembró el Aula Magna con todos los sectores políticos y económicos del Principado, sino que alcanzó una presencia social y mediática que superó cualquier expectativa de los promotores. De puertas afuera podría pensarse que el extraordinario eco de una primera edición se debió a la relevancia del primer galardonado, Enrique Macián, director de DuPont Ibérica, pero según desveló el delegado de Fluor en Asturias, «lo que verdaderamente nos sorprendió fue la cantidad de candidaturas que recibimos y, sobre todo, el perfil de los candidatos: ingenieros jóvenes y de fuera de Asturias».

Juan Vicente Piñera es la voz, y presencia constante, de la empresa Fluor en la Escuela Politécnica gijonesa, multinacional que ha tomado la iniciativa para sacar fuera de sus muros la celebración de la Semana de la Ingeniería. «Sorprendentemente el premio no existía y nos pareció que enmarcarlo en la Semana, que nosotros celebramos desde que llegamos a Asturias, sería interesante». Por eso nació el Premio al Ingeniero del Año, que está sustentado sobre Caja Rural de Asturias y la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, si bien los tres portavoces coincidieron en que el papel más relevante en el proceso se lo llevan los colegios profesionales, auténticos difusores de las candidaturas.

El responsable de Marketing de la Caja Rural de Asturias recordó que «el año pasado recibimos un aluvión de candidaturas de personas de gran renombre y dilatada experiencia, pero también nos llegaron un número muy importante de ingenieros jóvenes que tenían entre manos proyectos muy importantes. Así que hemos decidido crear también un reconocimiento para ellos que ponemos en marcha en esta segunda edición».

Alejandro Díaz, quien insistió, como Juan Vicente Piñera y el director de la Politécnica, en que «el premio está abierto a todas las ramas de la ingeniería», señaló que en 2015 se establecen dos categorías. La primitiva, que, bajo el epígrafe 'Gran trayectoria profesional', reconoce esa trayectoria y el compromiso con Asturias de los profesionales de la ingeniería, y la segunda y neófita, que incorpora a los galardones a «aquellos profesionales de cualquier rama de la ingeniería, con edades comprendidas entre 35 y 40 años, que acrediten una visión innovadora y una aportación técnica digna de mención».

Ninguna otra universidad

A pesar de la constante repetición de que el premio está abierto a todas las ramas de la ingeniería, en este primer año ninguna otra escuela de la Universidad de Oviedo se ha unido a los promotores del premio. «Es cierto que no hemos tenido ningún contacto con otras escuelas, pero me parece que los importantes en este caso son los colegios profesionales», justificó Juan Carlos Campo. También es cierto que «ninguna Universidad española celebra de ninguna manera la Semana de la Ingeniería, que es algo muy común en el resto del mundo», recordó Juan Vicente Piñera.

El director de la Escuela Politécnica ve en los ingenieros junior y en los senior un capital humano de un gran valor añadido y considera el Premio al Ingeniero del Año en Asturias «la puesta en valor de esta profesión».