Una vecina señala la ventana de la vivienda en la que fue encontrado cosido a puñaladas el cadáver.

25 cuchilladas por una deuda de 7.000 euros en heroína

La Audiencia Provincial juzga en junio al acusado de asesinar a Andrés Valdés Bermejo en su piso de Nuevo Roces. Afronta 22 años de cárcel

OLAYA SUÁREZ

Martes, 26 de abril 2016, 03:14

Acudió a su casa para cobrar los beneficios de una supuesta venta de 7.000 euros en heroína que le había facilitado. Cuando comprobó que en lugar de distribuirla al menudeo la había consumido, le asestó 25 cuchilladas. Un hombre de 38 años, M. A. D. L., se enfrenta a 22 años de prisión acusado del asesinato de Andrés Valdés Bermejo en su piso de Nuevo Roces en septiembre de 2014. La víctima acababa de salir de la cárcel de Villabona tras cumplir su última condena por tráfico de estupefacientes. Fue precisamente un problema de droga lo que desencadenó el fatal desenlace.

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El juicio por el asesinato comenzará el 13 de junio en la Sección Octava de la Audiencia Provincial y se celebrará con la modalidad de jurado popular. Además del presunto autor material del crimen se sentará en el banquillo de los acusados otro ciudadano que supuestamente le encubrió y junto al que fue detenido en Candás días después del violento episodio.

El crimen tuvo lugar en septiembre de 2014 en una vivienda social de la calle Alicia Concepción Álvarez, en el barrio de Nuevo Roces. La muerte se produjo después de una fuerte discusión que la víctima mantuvo en su casa con otro individuo. La descripción que realizaron los vecinos de esa persona a la que vieron huir precipitadamente del piso con la mano vendada fue la que puso sobre la pista a los investigadores. «Era un chaval que solía venir mucho por aquí con Andrés, más o menos de su misma edad y que también tenía una apariencia muy deteriorada, como de consumidor de droga», comentaron entonces otros residente en el edificio.

Ese mediodía del domingo, lo vieron salir del portal y caminar a paso ligero a través de los terrenos que separan los bloques de edificios de la calle de Alicia Concepción Álvarez con la carretera Carbonera. «Llevaba una mano vendada y se veía por debajo que le salía sangre. Además, iba cargado con tres bolsas y tenía tatuajes por los brazos, los típicos con tinta que suelen hacerse en la cárcel», explicaba un vecino.

El presunto autor pudo ser identificado apenas 15 horas después del hallazgo del cadáver. Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) consiguieron que los testigos identificasen a través de una fotografía al sospechoso. Contaba con numerosos antecedentes penales y era un viejo conocido de las fuerzas de seguridad.

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Gran charco de sangre

Fueron los bomberos los que encontraron el cuerpo sin vida de Andrés Valdés Bermejo varios días después. Los vecinos del expresidiario alertaron a la Policía preocupados porque no les contestaba al timbre y llevaba con la ventana de la cocina abierta varios días. Fue por esa ventana por la que los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios vieron los restos mortales al asomarse desde el camión autoescalera.

Yacía en el suelo, en mitad de un gran charco de sangre. Vivía solo en el piso desde que había enviudado hacía más de un año. «Estos son unos bloques en los que nadie pregunta nada porque se ve de todo, pero era un buen hombre que no se merecía acabar así», atajó otro inquilino del inmueble.

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Además de acabar con su vida, el autor del crimen se llevó numerosas objetos de valor y dinero que encontró en casa de la víctima. Intentó limpiar la escena del crimen y movió el mobiliario de las estancias de la vivienda, pero fue detenido apenas tres días después. Desde entonces permanece en el centro penitenciario de Villabona. Serán el mes de junio los miembros del jurado popular los que decidan sobre su futuro.

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