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Imagen del exterior de la Residencia Golondrina, levantada por la Cocina Económica en los terrenos de la antigua Pecuaria de Somió.
Mayores sin recursos estrenarán este verano  la residencia de la Cocina Económica en Somió

Mayores sin recursos estrenarán este verano la residencia de la Cocina Económica en Somió

Con capacidad para 62 personas, los 6,8 millones que costó corresponden a la herencia que Luis Bango dejó a la ONG

CHELO TUYA

Domingo, 8 de mayo 2016, 00:56

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Golondrina. Ese será su nombre. Para el impulsor del proyecto, gracias a su herencia, era un ave simbólica. «Siempre hablaba de las golondrinas. Decía que le gustaría darle ese nombre a algo, pero no llegó a hacerlo. Por eso, ahora la residencia se llamará así: Golondrina. En su honor». Luis Torres, presidente de la Asociación Gijonesa de Caridad, la entidad que dirige la Cocina Económica de Gijón, habla así de su tocayo. De Luis Bango, el millonario gijonés fallecido en mayo de 2006 que dejó todos sus bienes a la ONG. Lo hizo con la condición de que la cifra, se le calculan 16 millones de euros gestionados por un fondo suizo, se destinaran a la construcción de una residencia para mayores sin recursos económicos. «Y la abriremos ya mismo: este verano».

La Residencia de Mayores Golondrina está ubicada en los terrenos de la antigua Pecuaria de Somió. Y ya tiene el logotipo hecho, «que ha quedado muy bonito». Ocupa una parcela que costó 2,3 millones de euros. En ella, la empresa Geinco ha levantado un edificio de dos plantas en el que han invertido 4,5 millones. En total, 6,8 millones de la herencia de Luis Bango que son solo la primera parte del gasto final. Pues el edificio, de los arquitectos Miguel Rubio e Izaskun Bilbao, está preparado para ser ampliado. «Su cubierta está lista para levantarse y elevar dos plantas más en cuanto podamos», asegura Luis Torres.

Completamente amueblada, la residencia está lista para abrir sus puertas este verano. «No me atrevo a dar una fecha concreta, porque ya hemos esperado mucho, pero está todo listo a falta de remates. Este verano ya podrán entrar los primeros usuarios».

«Aportarán lo que puedan»

De momento, se desconoce cuántos serán esos primeros residentes, aunque Torres ya sabe alguno de sus nombres. «Como marca la filosofía de este centro y de todo lo que nosotros hacemos, los beneficiarios serán personas sin recursos. De los que utilizan ahora nuestros servicios (el comedor, la residencia de estancia media o los pisos de acogida) o alguno de la Red de Inclusión Activa».

Se refiere al organismo para luchar contra la pobreza que la Fundación Municipal de Servicios Sociales creó en 2010 con la propia Cocina Económica además de Albergue Covadonga, Proyecto Hombre, Siloé y Cáritas y al que desde 2014 se unieron Banco de Alimentos, Mar de Niebla, Cruz Roja, Albéniz, ACCEM y Voluntariado Vicenciano.

«Sabemos que hay mucha demanda. Desde la red prestamos asistencia a muchas personas mayores sin recursos», advierte Luis Torres. El presidente de la Asociación Gijonesa de Caridad también deja claro que los usuarios «aportarán lo que puedan» y que, en ningún caso, generarán deuda a sus familiares. «Aquí no se darán los problemas de las facturas del ERA», dijo en referencia al conflicto abierto entre el organismo que gestiona la red pública geriátrica y familiares de usuarios a los que reclama hasta 91.000 euros.

Un aportación mínima y voluntaria, «puede que no llegue a los 300 euros», que quedará muy lejos del coste real de la atención mensual. «Hemos calculado que el gasto por usuario rondará los 800 euros mensuales», anotó. Eso obligará a la entidad a seguir tirando de la herencia de Bango, además de pedir ayuda a otras instituciones.

«Con la Consejería de Servicios y Derechos Sociales la relación es buena. Ya hemos hablado de concertar plazas, pero primero tenemos que abrir la residencia y empezar a funcionar». Que eso suceda no depende de la Cocina Económica. «Nosotros tenemos ya hasta la plantilla contratada. Son doce profesionales que ya se han formado y están deseando ponerse a trabajar ya».

Unos profesionales que continuarán formándose en la propia residencia, pues el edificio, distribuido en dos plantas, cuenta con una sala de formación. «Se ofrecerán cursos tanto para la plantilla como para los usuarios». Tendrán además servicios de fisioterapia, rehabilitación y terapia ocupacional. El centro cuenta con capilla y dos apartamentos. «Las 62 plazas están distribuidas en habitaciones dobles y simples. También contamos con dos apartamentos, para parejas», informó Torres.

Tras la polémica inicial que generó el testamento de Bango (obligaba a que la residencia se destinara a mayores «españoles y no drogadictos»), la Cocina Económica deja claro que estará «abierta a todas las personas sin recursos».

Mil comidas menos en abril

No habrá por lo tanto restricciones de ningún tipo. «Los primeros usuarios serán personas con autonomía, porque estamos todavía en negociación con el Principado para otro tipo de plazas», señala el presidente de la Asociación Gijonesa de Caridad. Pero podrán acudir a la residencia «hombres, mujeres, parejas... Todos los que los necesiten».

Una necesidad que va en aumento. Si el último informe de Cáritas deja claro que en Gijón las peticiones de ayuda crecieron un 5% en 2015, la memoria anual de la Cocina Económica no ofrece datos mejores. «Fue un año de récord absoluto de servicios, con 171.165 desayunos, comidas y cenas», resumió. Una demanda que sigue, aunque en abril sirvió mil cubiertos menos que el año pasado. No obstante, todavía fueron 12.000 comidas solidarias en un mes.

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