El precio de los oricios toca techo
En primera venta, el producto llegó a nueve euros el kilo en las pescaderías y a 14 euros la docena en restaurantes
NACHO PRIETO
Martes, 31 de mayo 2016, 02:42
Los oricios entraron en veda en Galicia, comunidad de la que procede la práctica totalidad de los que se consumen en Asturias, el 30 de abril, así que haga frío o calor (hay quien considera una «leyenda» que esa especie requiere bajas temperaturas para estar en sazón), dos o tres días después de esa fecha se entiende cerrada la temporada hasta el primero de octubre o el inicio de noviembre, según zonas, cuando vuelve a levantarse la veda.
Los altos precios fueron protagonistas de la campaña que acaba de finalizar, hasta el punto de que tanto los hosteleros especializados como los mismos comercializadores dudan de que la demanda pueda soportar otra subida como la de este año. El sabroso equinodermo llegó en primera venta a los nueve euros por kilo y si un precio así en las pescaderías ya es disuasorio, en el caso de los hosteleros les obliga a absorber parte del incremento y mermar sus beneficios, so pena de que la repercusión íntegra en su factura convierta ésta en inasumible para la mayoría.
La causa de los altos precios hay que buscarla, según Jesús Pedreira, distribuidor gallego que este año calcula haber dejado en tierras asturianas unas 300 toneladas de oricios, en el mal estado de la mar. Quiere decirse que la escasez de producto de la que se deriva el incremento de la cotización no es consecuencia de que el recurso se encuentre irremediablemente mermado, sino que hubo bastantes días en los que los mariscadores no pudieron salir a faenar.
En Asturias no son muchos los pescadores profesionales que se dedican al oriciu, por la sencilla razón de que sólo está autorizada su captura en zona intermareal, es decir, en la zona del pedrero que deja al descubierto la mar por el natural recorrido de las mareas. En esas condiciones, sólo en días de mareas vivas, los que suelen aprovechar los pescadores deportivos, es posible realizar una recolección rentable.
En Galicia, sin embargo, se sale a pescar oricios con lancha, que hace la función de base de operaciones donde almacenar las capturas de buceadores que recogen el marismo en el fondo. Se entenderá, pues, que un fuerte oleaje impide tanto gobernar con seguridad una embarcación en aguas poco profundas como sumergirse para realizar la pesca con normalidad.
«Hasta aquí llegamos»
Pedreira admite que en algunos momentos de la temporada «subió mucho el precio» y que algunos pescaderos a los que habitualmente sirve suspendieron las compras por la dificultad de venderlos luego al consumidor, especialmente en barrios en los que se supone que el poder adquisitivo no es alto. Su balance de la campaña es que «no fue muy buena», y señaló que la demanda sigue teniendo mejor salud que la oferta.
Pero la salud de la demanda también empieza a flaquear. Así lo detecta, al menos, Armando Rodríguez, dueño del restaurante El Globo, que ha hecho del oriciu un símbolo de la casa. Este año notó la demanda «como siempre», porque «mantuvimos el precio del año pasado, 14 euros la docena, así que soportamos nosotros la subida, que se notó».
Rodríguez argumenta que un restaurante que sirve los oricios abiertos no sólo tiene que cobrar el servicio, sino también soportar la pérdida de «uno o dos ejemplares por docena», porque no puede servir alguno que esté casi vacío. Absorber las subidas de precios de la oferta y soportar la pérdida de la mercancía defectuosa son dos condicionantes que llevan al hostelero a decir que «hasta aquí llegamos» y que si los precios no se estabilizan, «nosotros tampoco podremos hacerlo».
El pasado año, dijo la misma fuente para concretar en cifras su argumentación, el precio medio al proveedor estuvo en torno a los seis euros, mientras que en la campaña que acaba de terminar «nunca bajó de 6,5 euros y llegó a 9 euros». A su juicio, «los pescadores saben hasta dónde pueden estirar y los clientes están ya al límite porque un aperitivo con dos docenas de oricios y una botella de sidra son 30 euros».