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Varios clientes hacen cola en la ferretería San Lorenzo, en el barrio de La Arena.
Listas de espera en Gijón para instalar nuevas cerraduras ante la oleada de robos

Listas de espera en Gijón para instalar nuevas cerraduras ante la oleada de robos

El aumento de los allanamientos en viviendas por el método 'bumping' hace que la demanda de dispositivos de alta gama se dispare

PALOMA LAMADRID

Domingo, 10 de julio 2016, 04:10

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Los escasos segundos que tarda una persona en abrir la puerta de su casa son los que emplea un ladrón para acceder al interior mediante el método 'bumping'. Un sistema que permite a los delincuentes reventar varios modelos de cerraduras mediante una llave especial que, con la ayuda de pequeños golpes, desplaza los cilindros; un método sencillo que explica el aumento de los robos con fuerza en viviendas. Circunstancia que ha hecho saltar la alarma entre la ciudadanía que, desde hace varios meses, colapsa las cerrajerías de la ciudad, donde se ven especialmente afectadas las cerraduras de la marca Ezcurra. «Tenemos una lista de espera de alrededor de cien personas. Nuestro proveedor en alta seguridad está saturado», explican desde Sytec, una de las empresas que lleva a cabo estos servicios en Gijón. Este aumento espectacular de la demanda también lo confirma Ra-Ba Cierres Eléctricos. «Llevaremos más de trescientas personas en dos meses. Ahora atendemos a más de 25 clientes que quieren cambiar la cerradura para instalar una más segura cada semana», apunta José Luis Huerta, gerente del establecimiento especializado en seguridad.

Joaquín Sampedro, responsable de Sampedro Cerrajeros, coincide en esta cifra. «Y va en aumento», añade. Una tendencia creciente que percibe desde «marzo o abril» y que se disparó aún más tras la recomendación que hizo el comisario del Cuerpo Nacional de Policía en Gijón, Dámaso Colunga, sobre este asunto. Instó a sustituir las cerraduras más vulnerables por sistemas de seguridad 'antibumping' en las puertas. Lo hizo a finales del pasado mes de mayo, ocho días después de que el Ministerio del Interior diese a conocer que los robos en domicilios en la ciudad habían subido un 86,7% en el primer trimestre respecto al mismo periodo de 2015.

«Se puede tener una puerta superblindada y acorazada, pero si la cerradura no es apta para la protección, la abren con una gran facilidad», señaló entonces el comisario. Con estas palabras, indicó la conveniencia de que los ciudadanos cuya puerta tuviera un dispositivo de la marca Ezcurra, sensible al 'bumping', la cambiaran por otra firma resistente a este método delictivo. El consejo del comisario fue el impulso definitivo para muchas personas, lo que elevó la demanda todavía más. Así las cosas, las empresas de cerrajería se han visto desbordadas y los clientes tienen que afrontar desde una semana a tres de espera, por lo general, para que les instalen el bombín 'antibumping'.

En el caso de la ferretería San Lorenzo, la media de demora es de veinte días, tal y como explica uno de sus responsables. En Ra-Ba, por su parte, lo hacen «de un día para otro», ya que efectuaron «una provisión de bombillos muy alta» cuando detectaron el 'boom'. «Al principio, nos volaron todos en dos o tres días», recuerda Huerta, motivo por el que decidieron adelantarse al próximo aluvión.

De 220 a 250 euros

Los precios varían en función de las prestaciones de cada cerradura. «Vendemos cilindros de sesenta euros que están blindados contra todo. También están los de perfil suizo, que cuestan alrededor de doscientos euros», aseguran en la veterana ferretería del barrio de La Arena. «La más demandada es la más cara, que es aquella que incluye todos los sistemas de seguridad. Además, puede asegurarse más con escudos protectores. Tiene un precio que oscila entre los 220 y los 250 euros», detalla una portavoz de Sytec.

Huerta, de Ra-Ba, señala que son dos los modelos estrella en estos momentos. Ambos tienen características similares: son 'antibumping' y antirrotura y las llaves que las abren son incopiables. La más económica de las dos supera ligeramente los 100 euros, mientras que la otra dobla este precio. La única diferencia que hay entre ambas es que la más cara incluye un tratamiento de dureza cementado en el cilindro. La tecnología ha permitido desarrollar dispositivos muy seguros. Los que se enmarcan en la gama superior, en concreto, tienen la capacidad de detectar los intentos de robo y se solo abren con una llave inteligente, destaca Joaquín Sampedro. Cuando los cacos tratan de violentarla, el protector envía un mensaje de texto al propietario para alertarle. El uso masivo de 'bumping' por parte de los cacos responde, además de a la sencillez del sistema, a que las cerraduras de la marca Ezcurra están muy extendidas.

«El 60% o el 70% de las construcciones de Gijón tiene esos cilindros», afirma José Luis Huerta. El motivo de tal proliferación es su bajo coste. «A los constructores les costaba unos cuatro euros una cerradura de este tipo, las más baratas del mercado», indican en Sytec. Esta marca está tan generalizada que los robos se producen en zonas muy distintas de la ciudad. No obstante, los cerrajeros consultados por este periódico señalan a Montevil, Viesques y Pumarín como los barrios en los que la demanda es mayor. Probablemente, porque las empresas de la construcción levantaron numerosos bloques en esos tres ámbitos urbanos durante los años anteriores a la desaceleración económica.

Con la llegada de las vacaciones de verano, numerosos gijoneses se han apresurado a acudir a las cerrajerías para dejar sus viviendas protegidas al irse de viaje.

Es de sobra conocido que los cacos aprovechan la temporada estival para cometer este tipo de acciones ilícitas. Instalar una cerradura que impida el 'bumping' le complica las cosas a los ladrones. Sin embargo, Huerta advierte de que «todo se abre; es cuestión de tiempo». La cuestión es tratar de adelantarse a los delincuentes.

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