Cinco parroquias calientan motores

Lejos de parar, el ritmo de celebraciones en el concejo se dispara. Tras el éxito de las fiestas vecinales de Montevil, Trubia y Granda, les llega el turno a las parroquias de Deva, La Providencia, Roces, Fano y Carbaínos (Cenero).

En Fano, una corderada para más de 300 comensales abrirá el sábado la fiesta, que irá seguida de una primera verbena amenizada por el grupo Canyena. Ya el domingo, se celebrará la tradicional misa cantada, tras la cual tendrá lugar un ameno vermú en la barraca de la parroquia. A los más pequeños les llegará el turno por la tarde con una serie de juegos infantiles que son todo un clásico en este tipo de fiestas, mientras que los adultos participarán en el partido de fútbol que enfrentará a solteros contra casados, y que siempre es garantía de risas y espectáculo. El día grande no llegará hasta el lunes, cuando se realizará una misa en honor a los difuntos tras la que tendrá lugar por la noche una cena vecinal, que irá seguida de una verbena, en la cual se culminará la celebración.

Por su parte, en Carbaínos (Cenero) repetirán una programación muy similar a la del año pasado, con una parrillada y una verbena el sábado como apertura de fiesta. El domingo llegará la procesión de San Vicente de Paúl así como la chocolatada, para el disfrute de los más pequeños. El concurso de tirada de fesoria dará el toque rural a la jornada, que culminará con una nueva verbena.

En Deva todas las miradas estarán centradas en la sardinada del sábado, todo un clásico de estas fiestas. No será el único regalo para el estómago. El día antes, una corderada será la encargada de abrir la fiesta. Los juegos infantiles y el maratón de tute y parchís darán al domingo un aire competitivo.

La Providencia y Roces también preparan sus fiestas, que contarán con un programa similar al de las anteriormente citadas.

Granda se despide

En Granda las fiestas terminaron ayer para disgusto de los vecinos. «No podemos pedirle más a las fiestas por este año. Tanto la afluencia de público como las actividades planteadas han sido fantásticas». Este era el parecer general tanto de los organizadores como de los vecinos de la parroquia, que cerró sus fiestas parroquiales con una misa por los difuntos al mediodía y la tradicional entrega del bollo y la botella de vino por la noche. Acto seguido, una cena de confraternización a la que acudieron un gran número de asistentes y una sesión de cancios de chigre precedió a la última verbena, amenizada por Vivians y que puso el broche de oro a unas celebraciones que dejaron un gran sabor de boca entre los asistentes y los organizadores. «El año que viene más, porque mejor es complicado», comentaban.