«Con explosivos sin disparar en el Cerro, explotar el Restallón hubiese sido una temeridad»

"La aparición de la bruma con la que Gijón despertó el día 14 fue una sorpresa", han explicado en rueda de prensa Jesús Martínez Salvador, concejal de Festejos de Gijón y presidente de Divertia, y Teresa Sánchez, adjunta a la gerencia de la empresa municipal de cultura. Lo que desde Divertia se hizo automáticamente, explicaron, fue tratar de conseguir una previsión metereológica lo más exacta posible en el momento de lanzar los fuegos. Divertia contactó con los meteorólogos del aeropuerto, que a su vez contactaron con el Centro Meterológico del norte de España, situado en Santander. Allí nos comunicaron que esa calima que, ocupaba la costa de la ciudad, iba a elevarse hasta los 300 metros y habría 1.500 metros de visibilidad. Eso, comparado con la altura que alcanzan los fuegos artificiales, que es de unos 200 metros, hacía indicar que en principio no debía haber problemas de visibilidad, informaba Martínez Salvador.

Cuando llegó la hora de lanzar los fuegos la zona se veía mucho más despejada que durante la tarde, por lo que "se decidió lanzarlos". Lamentablemente, apenas se vieron unos pocos al principio. "Las previsiones no siempre aciertan al 100% y la bruma aumento de altura, pero no hasta esos 300 metros". Eso, unido a la ausencia de viento provocó un problema mayor a la visibilidad. Y es que "todo el humo de la pólvora que explotaba se quedaba en el mismo lugar".

A los cinco minutos de empezar el espectáculo, los miles de espectadores comprobaron que no se veía nada. Ni desde Poniente, ni desde el puerto deportivo, ni desde el Muro, ni desde El Rinconín, ni desde la Providencia. Un chasco del que, automáticamente, surgió el debate de si se deberían haber aplazado los fuegos, algo que hubiese sido histórico. "Para poder hacer un espectáculo pirotécnico de este calibre, tienen que tramitarse numerosos permisos con Delegación del Gobierno con varias semanas de antelación", advertían desde Divertia. "En el caso de suspenderse o aplazarse, más allá del coste para Divertia, también lo tiene para otras administraciones y cuerpos de seguridad, puesto que hay que movilizar a más de 150 personas. Es por eso que "el ahorro que comentaba la ciudadanía tampoco sería real en ninguno de los casos, se estaría incurriendo en unos costes mayores".

Otra de las circunstancias que influyó en la decisión fue la de que si se hubieran aplazado los Fuegos, el Restallón del día siguiente no se podría haber lanzado, porque por motivos de seguridad, cuando tienes una tonelada de explosivos en la zona del Cerro, hacer explotar el Restallón sería una temeridad y está totalmente prohibido. El hecho de tener que solicitar unos nuevos permisos a la Delegación del Gobierno es algo que nos hubiera llevado días de tramitación. Además, siendo día de fiesta los trámites no se podían hacer tan rápido como hubiésemos querido, lamentan.

Por supuesto, también pesó la tradición. Los fuegos de Begoña, son la noche de Begoña, al igual que la cabalgata de Reyes es el día de la cabalgata de Reyes, por poner un ejemplo. Si por un casual no se puede llevar a cabo, no se celebra otro día. En su opinión, "desvincular los fuegos de Begoña de la festividad de la Semana Grande de Gijón no tiene ningún sentido", mantiene el concejal. Así pues, desde Divertia creen que tomamos las medidas correctas, coherentes y responsables. La Semana Grande ha sido un éxito, la ciudad estaba a rebosar. Han sido unos días muy festivos donde gijoneses y visitantes han disfrutado.Hemos tenido la buena suerte de tener un tiempo increíble, salvo esa noche, por lo que sería una pena empañar la globalidad que ha sido esta Semana Grande, defendió.