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Rafa Gutiérrez, en su librería, 'La buena letra'.
Una vida escrita con buena letra

Una vida escrita con buena letra

Rafa Gutiérrez abandonó la docencia hace siete años para abrir una librería. Además, preside la Asociación de Libreros

POR PALOMA LAMADRID

Domingo, 18 de diciembre 2016, 02:19

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Las aventuras de los superhéroes del cómic, los volúmenes de Don Miki y las novelas de 'Alfred Hitchcock y los tres investigadores' despertaron su curiosidad lectora en los años de infancia. Pero fueron las andanzas de 'Sandokán' y 'El conde de Montecristo' las que avivaron la pasión por el negro sobre blanco de Rafael Gutiérrez Testón (Coballes, Caso, 1970). Rafa, como le llaman sus amigos, reconoce que estos clásicos le impactaron en su adolescencia y, desde entonces, son incontables los volúmenes que han pasado ante sus ojos.

  • Orígenes.

  • Rafa Gutiérrez nació en la parroquia de Coballes, en Caso, en 1970. A los cinco años se trasladó a vivir a Gijón.

  • Formación.

  • Cursó estudios de Filología y durante años trabajó como profesor de academia. Hasta que, en 2009, abrió la librería 'La buena letra'.

  • Aficiones.

  • «El mar me encanta. Soy de esos gijoneses que se va a bañar todos los días en verano y, al menos, una vez a la semana en invierno», asegura. Rafa Gutiérrez también es un entusiasta del deporte, en general. El Sporting es el equipo de sus amores.

Cursó estudios de filología y durante varios años se dedicó a dar clases en academias. En su tiempo libre, devoraba obras literarias y recomendaba a sus amigos aquellas que le habían resultado entretenidas o edificantes. «El hecho de abrir una librería siempre había estado en mi cabeza. Y, de una manera inconsciente, decidí llevarlo a cabo; no lo medité mucho». Así que se puso manos a la obra y acudió al Centro Municipal de Empresas, donde le ayudaron a elaborar un plan empresarial. Sin miedo a la entonces incipiente crisis, Rafa Gutiérrez abrió 'La buena letra' en 2009. «Pensé que las cosas no podían ir a peor. Decían que las cosas iban a mejorar en 2010 ó 2011», recuerda.

Una agenda apretada

En este tiempo, el balance es positivo y 'La buena letra' ha conseguido situarse entre las librerías más conocidas de la ciudad. A ello contribuyen los numerosos actos que acoge este local de la calle Casimiro Velasco. «El mundo del libro es apasionante porque te gusta mucho tu trabajo, pero sabes que los márgenes no son muy altos y las ventas tampoco», reconoce. Rafa Gutiérrez no se limita a despachar ejemplares, sino que trata de orientar a sus clientes para que puedan conocer géneros o autores a los que no habían prestado atención.

Cuenta el librero que son habituales las visitas de personas que preguntan «por un libro con la portada azul o de cualquier otro color». O que le explican que quieren aquel otro del que habían oído hablar en la radio. Gutiérrez, que tiene mucha 'mili' a sus espaldas en eso de averiguar títulos, asegura que suele dar con el objeto de deseo de sus clientes. Desde mayo, el propietario de 'La buena letra' ocupa la presidencia de la Asociación de Libreros del Principado. «Creo mucho en el movimiento asociativo. En que la suma de pequeñas librerías hace una grande». Desde este puesto, acoge con ilusión que el Ayuntamiento haya decidido retomar la Feria del Libro. «Una ciudad como Gijón se merece un certamen así», aunque subraya la importancia de extender este tipo de iniciativas, que también se hacen en Oviedo y Avilés, a otros concejos de menor población.

«Regalo recurrente»

Con la Navidad a la vuelta de la esquina, la actividad en las librerías se anima. «El libro es un regalo muy recurrente. Dice que te preocupas por alguien, que sabes cuáles son sus gustos y cuál le va a encajar más», destaca Gutiérrez. Un presente muy especial, sobre todo, para los más pequeños de la casa. «Queremos que nuestros hijos lean. Nosotros podemos no leer, pero queremos que ellos lo hagan», apunta. Desde su experiencia personal, recomienda a los padres que, «cuando los niños sepan leer, sigan compartiendo esos momentos con ellos; porque la lectura es un acto individual, que luego puede ser compartido».

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