«Ser 'ciudad inteligente' es apostar por un modelo de supervivencia»

Que una lavadora 'hable' con el frigorífico; el ascensor, con el portal, o un semáforo con un automóvil es lo que los expertos llaman 'internet de las cosas'. Esa conexión de máquinas que comparten información da lugar a «nuevos servicios que generan valor y se traduce en perfiles profesionales hasta ahora desconocidos y en empleo». Lo dijo ayer el jefe del Servicio del Ayuntamiento de Gijón, Fernando Álvarez, para explicar la apuesta del gobierno local par las 'ciudades inteligentes'. Pero esa estructura es totalmente nueva y «nosotros necesitamos enriquecernos con el conocimiento de la Universidad». Por eso, ambas entidades se han unido para recorrer este camino juntos y han creado la cátedra universitaria 'Smart city', que nace en la Escuela Politécnica de Ingeniería.

La dirección de la escuela solicitó su creación hace dos años al Ayuntamiento y los grupos políticos. En la EPI -como recordó ayer su director, Juan Carlos Campo- hay actividad de 'ciudades inteligentes', pues tiene decenas de investigadores que ya trabajan en ello y procedentes de todas las especialidades del centro. «Sin duda, esta cátedra va a dinamizar el área y el campus gijonés», señaló el rector, Santiago García Granda, presente en una presentación en la que quiso destacar «el compromiso de la Universidad con el territorio asturiano a través de los ayuntamientos. Le deseó el «mayor de los éxitos» al profesor Pablo Arboleya, que será quien dirija la cátedra.

«'Smart city' es un término muy amplio que abarca multitud de campos de estudio, pero, al final, lo que pretende es acercar la tecnología al ciudadano con el fin de mejorar su calidad de vida», señaló.

La energía en los edificios

Teniendo en cuenta que la cátedra ha sido creada hace un mes, el primer paso será concretar con los responsables del Ayuntamiento las áreas en las que van a empezar a trabajar. Porque solo en la iniciativa 'Gijón In' (que es la aplicación intensiva de las tecnologías de la información para la mejora de la ciudad) hay 22 proyectos de ámbitos distintos, que tendrán que estar ejecutados entre 2018 y 2019, pues ése es el requisito al contar con fondos europeos que financian la inversión en un 60%.

Están centrados en la mejora de la gestión municipal, los servicios públicos (en los que ya se está trabajando en el alumbrado público en 1.250 puntos); el crecimiento de la inteligencia en la ciudad, así como en el turismo inteligente, con la creación de una web al estilo 'Tripadvisor' en el que los usuarios podrán suscribirse a las actividades que les interesen de Gijón y compartir, en tiempo real, sus opiniones al respecto. Pero lo que Pablo Arboleya da por seguro es que una de las líneas prioritaria será la mejora de la eficiencia energética en los edificios, un campo que avanza tan rápido, que se están desarrollando inmuebles de energía casi nula.

Su propio grupo está desarrollando «un hardware que permite comprobar qué energía están demandando los vecinos de la red y, con una sola medida, se puede discernir si la curva de potencia corresponde a un frigorífico o a una lavadora. Permite, asimismo, recomendar hábitos para mejorar el consumo o el ahorro». Un buen paso, en su opinión, sería poner en funcionamiento un sistema que permita observar el consumo de los edificios públicos y residenciales de Gijón. La cátedra -que contará con una financiación de 30.000 euros- convocará becas para proyectos de fin de grado, máster y tesis, así como cursos de extensión universitaria o de verano. La apuesta, por tanto, está clara. Lo manifestó también el gerente de l Centro Municipal de Empresas, Rubén González, para quien 'ser inteligente' no es un modelo de ciudad, sino un modelo de supervivencia» en un contexto europeo en el que «todas se están actualizando».