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Miguel Llanos, en la sede vecinal de La Pedrera.
«Si desaparece una asociación de vecinos en quince días suben los cocodrilos por los praos»

«Si desaparece una asociación de vecinos en quince días suben los cocodrilos por los praos»

«Nos estamos esforzando para integrar a los vecinos en la asociación. Cuando llegamos éramos 180 y ahora, ocho meses después, unos 300»

LUCÍA RAMOS

Domingo, 15 de enero 2017, 01:47

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Miguel Llanos (Gijón, 1956) no tenía experiencia en el movimiento asociativo hasta que hace aproximadamente un año se enteró de que la directiva de la asociación de vecinos San Andrés de La Pedrera buscaba un relevo, tras cuatro décadas al pie del cañón. Sin dudarlo, y preocupado por el futuro que aguardaría a la parroquia sin representantes vecinales, no se detuvo hasta convencer a varios de sus paisanos para conformar una nueva junta. En abril de 2016 accedió al cargo de presidente y, aunque el camino está siendo difícil, no podía estar más satisfecho.

¿Cómo se metió en este embrollo?

Cuando me enteré de que la anterior junta directiva lo quería dejar consideré que una asociación de vecinos no podía quedar sin representación y empecé a moverme y a contactar con la gente de la zona. Finalmente conseguimos conformar una nueva junta directiva.

¿Alguno de sus compañeros repite en la junta directiva?

Ninguno, somos todos nuevos. Además, todos, excepto dos que ya están jubilados, trabajamos. Llegamos sin tener ni idea de nada, pero con ilusión y muchas ganas de hacer cosas. No podría estar más contento con ellos, pues trabajan duro y proponen muchas cosas. Además, estamos encantados con la colaboración de los vecinos, siempre están dispuestos a echar una mano en lo que haga falta.

¿Cuáles fueron los principales retos que se encontraron a su llegada?

Uno de los temas pendientes es el asfaltado de caminos en la parroquia. De momento, conseguimos que el Ayuntamiento aprobase destinar unos 325.000 euros a los caminos de La Fombica, el Sogito y el Ferreru. Además, también conseguimos mejoras en la iluminación de la zona y la construcción de una rampa para hacer accesible el salón de actos de la sede vecinal. Pero si hay algo de lo que estamos orgullosos y en lo que nos estamos esforzando al máximo es en integrar a los vecinos en la asociación. Cuando llegamos éramos unos 180 y ahora estamos casi en 300.

He oído que este año disfrutaron, por primera vez, de la visita de los Reyes Magos.

Sí, hablamos con ellos y conseguimos que sacasen tiempo para hacer una ruta por toda la parroquia. Visitaron las cinco residencias de ancianos que hay en la zona y recibieron a unos sesenta pequeños. Fue un éxito total. Repetiremos, seguro.

Fiesta de Carnaval

¿Qué tienen ahora entre manos?

Estamos trabajando para preparar una fiesta de Carnaval. Tendría dos partes: por la tarde un baile de disfraces para los niños y por la noche algo para los mayores. En definitiva, lo que queremos es hacer parroquia. Y hacer parroquia significa que la gente colabore y estemos todos unidos, para lo bueno y para lo malo.

Es decir, recuperar el sentimiento de comunidad que siempre caracterizó a las parroquias rurales.

Exacto. Y parece que de momento no vamos desencaminados. El pasado 27 de noviembre celebramos el homenaje a los mayores por el día San Andrés, y hasta el propietario del restaurante donde lo celebramos quedó asustado por la gran asistencia que tuvimos. Nos juntamos 240 personas. Eso te anima a seguir adelante y, sobre todo, te da una alegría...

Pese a la sangría demográfica que desde hace años sufre Gijón, La Pedrera ganó 26 vecinos en 2016. ¿Se nota ese aumento?

Sí. Se nota que está llegando gente nueva y se nota el cambio generacional. Además estamos muy contentos, pues esos nuevos vecinos quieren integrarse e intervienen en la vida de la parroquia cada vez más. Por ejemplo, en la fiesta de los mayores, hubo vecinos que son empresarios y quisieron colaborar aportando regalos. La gente tiene ganas de implicarse, pero necesitan un empujón.

¿Qué otros proyectos y reivindicaciones tienen ahora sobre la mesa?

Estamos trabajando para que en Consistorio incluya, en los próximos presupuestos, fondos para iluminar el camino de la Baragaña y el del Sogito. Nuestros principales retos se centran en temas de este tipo, pues ahora mucha gente sale a caminar y también hay bastantes críos, y necesitamos vías en condiciones y que estén bien iluminadas.

La línea 24

¿Cómo está el tema del transporte público?

Estamos bastante bien comunicados, pero siempre queremos más (risas). En la Comisión de Movilidad vamos a pedir que la línea 24 de autobús suba un poco hacia la zona de Arroyo, pues hay ahí dos residencias de ancianos y sube mucha gente caminando a ver a sus familiares, además de que se construyeron varias casas nuevas.

Muchas parroquias también se quejan de problemas con el acceso a internet. ¿Les pasa a ustedes?

Sí. El problema existe y aquí lo tenemos. Al poco de llegar contactamos con varias empresas privadas que podrían garantizarnos el acceso a internet de buena calidad, pero es demasiado caro. En ese aspecto estamos toda la zona rural implicada en la federación de Les Caseríes para trabajar en ello y conseguir que el Ayuntamiento se involucre.

Aún así, creo que en La Pedrera tienen su propia red social.

(Risas) Sí. Es algo que introdujimos a nuestra llegada y que funciona de maravilla. Cada vez que organizamos alguna actividad o algo interesante buzoneamos toda la zona.

La Pedrera fue una de las parroquias más combativas con el antiguo PGO. ¿Cómo ven el actual?

Se presentaron varias alegaciones y el sentir general es que éste es algo mejor que el anterior, pero sigue habiendo varias cosas que no convencen. En este asunto decidimos que sea José Antonio López -anterior presidente de la asociación- quien coordine las actuaciones, pues sabe más que nadie del tema.

La inexperiencia

¿Cómo convencería a otras parroquias de que uno puede implicarse en el movimiento vecinal sin estar jubilado? Usted está sobreviviendo.

(Risas) Sí, de momento voy sobreviviendo. La gente tiene que animarse. Si desaparece una asociación de vecinos, sobre todo en la zona rural, la sustituye una junta rectora del Ayuntamiento. Y si nadie tira por la parroquia nos suben los cocodrilos por los praos en quince días. Es nuestro entorno, nuestra vida, nuestros hijos, nuestra gente... Da trabajo, mucho más trabajo de lo que pensaba, pero te sientes recompensado porque la gente te lo agradece y ves cómo las cosas salen adelante. Además, la falta de experiencia no es ninguna excusa, pues nosotros no encontramos más que apoyo y ayuda por parte de Les Caseríes.

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