Fuerza vecinal para la casa del niño

«El Hogar de San José lleva 75 años peleando por la infancia de la ciudad. No solo aportando bienes materiales a los niños sino haciendo algo más importante: funcionando como una gran familia para ellos». De esta forma, la alcaldesa Carmen Moriyón puso palabras a las más de dos horas de arte del Festival Solidaridad 2017, que llenó el Teatro Jovellanos en la tarde de ayer.

La gala, que contó con la presencia de músicos, bailarinas y actores de teatro -desde aficionados a profesionales-, sirvió para agradecer la «tremenda labor» que la Fundación Hogar de San José realiza en su sede de El Natahoyo. «Lo interesante es que siempre ha salido adelante gracias a las vecinas y vecinos del barrio. Todavía se recuerda cómo el padre Máximo, su fundador, pedía colaboración, ya fuese con comida o con un colchón», añadió la alcaldesa. Con este pretexto, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón (FAV), a través de su presidente Adrián Arias, hizo entrega a la institución del XXI Premio Solidaridad, un galardón que se concede «a toda institución que trabaje por y para los vecinos de la ciudad».

De esta forma, Arias quiso destacar la labor moderna que se realiza desde el centro, apartando la idea arcaica que muchos tienen sobre la institución. «Realizan un trabajo desconocido. Ya no son ese lugar de acogida primigenio al que iban los chicos sin hogar. Ahora impulsan muchas iniciativas de inserción laboral, acogida de inmigrantes y programas de reestructuración familiar», aseveró.

Ceferino Otero, Paquita Oliva, Toño y Mario, la Asociación de Vecinos de Laviada o Los Desiempre -con su ya clásico 'Muiles en el Piles'- fueron algunos de los encargados en poner el arte a este agradecimiento vecinal. Como maestros de ceremonias, José Ramón Uría y los chicos de Planeta Cachopo, que pusieron la sátira política y el humor ácido a la gala. «Agradecemos el giro moderno que se le ha dado al acto», comentaba el trío entre risas durante una de las pausas.

«Significa un aliciente»

Rafael Piñera, director de la entidad homenajeada, quiso agradecer a los vecinos de la ciudad el cariño y la ayuda dispensados durante estos 75 años. «Es un claro motivo de satisfacción y más en este aniversario. Resulta, en definitiva, un aliciente para seguir desempeñando la labor que venimos realizando sin descanso», afirmó. La responsabilidad de la fundación, según apuntan, es máxima debido al colectivo social con el que trabajan, especialmente expuesto durante las malas épocas. «Seguiremos atendiendo a los menores en situaciones complicadas. Apostamos por ello hoy y lo seguiremos haciendo con los casos que nos lleguen en el futuro», concluyó el directivo.