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EVA FERNÁNDEZ
Lunes, 6 de febrero 2017, 00:12
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El Jardín Botánico de Gijón es un referente por su rica diversidad micológica. Así lo pone de manifiesto el catálogo revisado de hongos que han elaborado en los últimos tres años siete expertos. De él se desprende que el equipamiento local es el primer lugar del continente donde, hasta ahora, crece la especie tropical 'Mycena margarita'. Según Marta González, coautora del trabajo, «solo se encontraba en las islas de Jamaica y Cuba. Es la primera cita en Europa».
Aportaciones.
Se citan 519 taxones, que se añaden a los 278 hallados por la Sociedad Asturiana de Micología en 2004 y 2014.
Nuevos registros.
53 especies son nuevas en el catálogo provincial, otras para el nacional y la 'Mycena margarita' para Europa.
González explica que este ejemplar «ha aparecido en distintos puntos del Botánico. Es una especie saprófita que vive en la materia orgánica muerta o en descomposición y aquí se ha adaptado a la madera de roble» aunque en los países tropicales, en cambio, «es huésped de otros troncones». Se trata de uno de los principales hallazgos que revela el estudio que, desde el 2013, revisa los macromicetos que habitan en el espacio municipal. El trabajo, obra de siete aficionados a la micología, como se definen -algunos de ellos con mas de 30 años de experiencia-, ha permitido censar 519 referencias de hongos, 53 de las cuales son nuevas citas para el catálogo asturiano, que cuenta actualmente con 4.043 ejemplares referenciados. Este estudio también ha permitido incorporar especies al censo estatal e incluso, la 'Mycena margarita', se ha añadido a nivel europeo. Las identificaciones de algunos hongos han sido confirmados por los especialistas europeos en dichos géneros.
Enrique Rubio, Jesús Linde, Juan Antonio Sánchez, Alberto Román, Marta González, Jorge Díaz y Pedro Zapico, son los siete micólogos que firman esta investigación recogida como número 14 de la serie Documentos del centro y que ha sido bautizada como 'Catálogo revisado de los macromicetos del Jardín Botánico Atlántico'.
La metodología que ha seguido el trabajo comenzó con la recogida de muestras, el etiquetado, las fotografías de campo, un estudio microscópico y su conservación en el herbario. Ahora queda pendiente la secuenciación genética y los cultivos puros de alguno de ellos que serán objeto de un trabajo pormenorizado para en el futuro poder ser descrito como nueva especie. Marta González anunció que el Jardín Botánico gijonés ya se ha comprometido a financiar la secuenciación de «aquellas especies hasta ahora desconocidas porque están sin descubrir para la ciencia», explicó.
El estudio ha sido posible tras las herborizaciones realizadas en el recinto a lo largo del año, independientemente de la estación, ya que existen hongos que fructifican en verano y otros que lo hacen en el invierno. Las «inmejorables condiciones» de suaves temperaturas y elevada humedad ambiental, la gran variedad de plantas -autóctonas y alóctonas- existentes garantizan la variedad de hongos. Desde el 2004, se realizan estas prospecciones para los estudios.
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