Borrar
Paloma Ordieres (directora), Noelia González (responsable de la sala), Jesús Murua (director general) y Ana Madrazo (neuropsicóloga).
Un recuerdo escondido en Somió

Un recuerdo escondido en Somió

La 'sala de la reminiscencia' del Plaza Real revive espacios de una casa de antaño

Ó. P.

Jueves, 23 de marzo 2017, 04:06

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La máquina del tiempo se esconde en Somió. Un tresillo que hoy se denominaría 'vintage', una máquina de escribir totalmente preparada para su uso, una bombona de butano bajo los fogones y varios vinilos de Rocío Jurado, Nino Bravo y Parchís repartidos sobre la mesa. No hay nada al azar. El espacio, que parece recién sacado de una casa española de mitad del siglo pasado, se encuentra recreado en la residencia geriátrica Plaza Real, en Somió. Su nombre: la 'sala de la reminiscencia'. «Se creó para probar qué tal le sentaba a un matrimonio en régimen residencial que sufre deterioro cognitivo. Detectamos que a la mujer le ponía nerviosa el trajín del hall, mientras que haciendo las tareas del hogar se mostraba mucho más tranquila», relata Paloma Ordieres, directora del centro. Así, lo que nació como una herramienta terapéutica «pionera en España» -no así en los países nórdicos- acabó convirtiéndose en uno de los mayores reclamos del centro. «Gustó tanto que muchos residentes ya vienen por placer, tengan o no diagnosticado deterioro cognitivo», añade la directora.

El proceso para recrear el ambiente de la casa tradicional española llevó a una pareja de trabajadoras del centro a peinar mercadillos y rastros de la región en busca de las piezas indicadas. «Empezamos a buscar los objetos hace un año y desde octubre ya estamos con las actividades», resume la neuropsicóloga Ana Madrazo. «Aquí en la sala, por ejemplo, solemos cocinar con ellos platos típicos asturianos para que los degusten. Hacen fabada, arroz con leche o frixuelos, por ejemplo», explican las trabajadoras.

«Un espacio agradable»

«La verdad es que la sala me pone muy contento», afirma Jesús Astudillo, uno de los residentes. Según relata, desde 1961 hasta 1990 estuvo viviendo en Sidney, por lo que esta recreación clásica la puede disfrutar ahora unos cuantos años después de que la morfología de las casas cambiase por completo. «A mí me parece un espacio muy agradable. Me recuerda a los tiempos en los que era joven en una casa de La Felguera», explica Claudia Sienra.

Después de pasar toda una vida viajando por toda España, ahora toca asentarse con esta evocadora réplica. «Me suenan absolutamente todos los elementos. Desde la nevera hasta la máquina de coser. Siempre presta pasar un rato allí».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios