4.984 personas abarrotan el recinto ferial para optar a un trabajo temporal en Emulsa
La participación fue del 70,8% y la empresa municipal prevé empezar a hacer contrataciones a partir de junio
I. VILLAR / D. BUSTO
gijón.
Lunes, 2 de marzo 2020, 01:45
4.984 personas realizaron ayer, en dos turnos, la prueba escrita del proceso convocado por Emulsa para crear dos bolsas de trabajo temporal, una de peones de limpieza y otra de peones de jardinería, que permitan atender las necesidades de personal que surjan en estos servicios hasta 2022, con la posibilidad de prorrogar su vigencia hasta 2023. En total se seleccionará a 750 personas para la primera categoría y 200 para la segunda, cuya entrada en las bolsas «no generará ningún derecho de contratación», sino solo la posibilidad de ser llamados para tareas de refuerzo, siguiendo el orden que ocupen en ellas. No obstante, al finalizar su vigencia podrán optar a la cobertura de las vacantes que se hayan producido en la empresa.
El examen de ayer constaba de cien preguntas tipo test a responder en una hora. Los aciertos daban 0,1 puntos y los fallos restaban 0,03. La puntuación obtenida, por tanto, irá de 0 a 10. Emulsa confía en tener los resultados «como mucho, en dos semanas». Quienes obtengan al menos un 5 pasarán a la fase de concurso, en la que se valorarán cuestiones como la formación (titulación universitaria, ciclos formativos, cursos, certificados de profesionalidad...), la experiencia y si se está percibiendo el salario social o la renta social municipal. El último paso antes de conformar las bolsas será un reconocimiento médico. Y según adelantó el gerente de Emulsa, Alfonso Baragaño, «prevemos empezar a incorporar gente a partir de junio».
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Tanto Baragaño como el presidente de la empresa municipal, Olmo Ron, manifestaron su satisfacción por una asistencia que consideraron «alta». En concreto se presentaron a la prueba el 70,8% de las 7.037 personas que habían sido convocadas. Por categorías, acudieron el 65% de los 6.317 aspirantes a la bolsa de limpieza y el 86% de los 720 admitidos para la prueba de jardinería. La participación fue más alta en el turno de las dos de la tarde (76,5%) que en el de las diez de la mañana (65,1%).
Margen de entrada
Las puertas del recinto ferial Luis Adaro se abrieron a las ocho de la mañana para quienes habían sido convocados en el primer turno, que tenían de margen para entrar hasta las 9.45. Y aunque hubo quien madrugó, la llegada de los aspirantes fue progresiva, sin excesivas aglomeraciones. El acceso se realizó por los dos extremos de la entrada principal de la Feria, punto donde se comprobaba el DNI y se entregaba a los candidatos un ticket que indicaba su puerta de entrada al pabellón y el sector donde debían sentarse. «Nos advirtieron de que no permitiéramos que se lo llevara ni el viento, porque entonces no nos dejarían entrar», explicaba Begoña Valderrey, una de las examinandas.
Dentro del aula de exámenes les esperaban cincuenta largas filas de mesas y un grupo de auxiliares que además de repartirles las hojas de respuestas y el cuestionario se encargaron de controlar que nadie llevara relojes inteligentes o similares. Los teléfonos móviles -solo sonó uno- debían permanecer guardados. Y sobre la mesa únicamente se permitían los bolígrafos y los documentos del examen. La primera prueba arrancó a las 10.30 horas y no se autorizó a salir a ninguno de los presentes hasta el final de la misma, una hora más tarde. Abandonaron todos juntos el recinto por un lateral poco antes del mediodía, mientras por el acceso principal empezaba a entrar el segundo turno.
Unas 70 personas que llegaron tras el cierre de puertas de sus respectivos turnos -muchos por uno o dos minutos- protestaron airadamente y varias de ellas dijeron que presentarán reclamaciones. Por lo demás, Emulsa anotó que la prueba se desarrolló sin más incidencias que permisos «muy excepcionales» para ir al baño o para inyectarse insulina.