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La empresa madrileña Cotesa (Centro de Observación y Teledetección Espacial SA) está a punto de culminar la elaboración de un censo de cubiertas con presencia ... de amianto en Gijón, un trabajo encargado por el Servicio de Calidad y Vigilancia Ambiental, dependiente de la Concejalía de Medio Ambiente, en cumplimiento de una obligación recogida en la ley de residuos de 2022. Esa norma daba a los ayuntamientos un plazo de un año desde su entrada en vigor –el 10 de abril de 2022– para contar tanto con el mencionado censo como con un calendario en el que se planifique la retirada de este material. «Las instalaciones o emplazamientos de carácter público con mayor riesgo deberán estar gestionadas antes de 2028», recoge además la ley, que pide que de cara a esa retirada se establezcan además prioridades «atendiendo a su grado de peligrosidad y exposición a la población más vulnerable».
En respuesta a una pregunta del portavoz municipal de IU, Javier Suárez Llana, sobre el estado de estas obligaciones, el concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Rodrigo Pintueles, informó de que Cotesa debería entregar este mismo mes el censo de instalaciones y emplazamientos con amianto, en el que ha estado trabajando a lo largo del último trimestre. «El ámbito de actuación alcanza la totalidad del término municipal (181 kilómetros cuadrados) y según un análisis preliminar realizado por la empresa adjudicataria el censo abarcará más de 34.345 edificaciones registradas actualmente en las bases cartográficas», explicó.
Para realizar este trabajo, la compañía, que ya se ha hecho cargo de trabajos similares en Oviedo, Madrid y Villarreal, recurre a tecnologías basadas en la teledetección y la aplicación de la inteligencia artificial para identificar estructuras con presencia de amianto. Según explica la empresa, para ello su departamento de análisis geoespacial y observación de la tierra ha generado un algoritmo que permite clasificar los tejados a partir de imágenes satelitales de muy alta resolución. Cada píxel de estas imágenes equivale a 50 centímetros en la realidad y, sobre ellas, la inteligencia artificial distingue de manera automática los tejados con amianto de otros cerámicos, metálicos, de metal rojo, blancos... «Esta solución nos permite inventariar este tipo de materiales con una precisión superior al 90%», remarca Cotesa, capaz de censar mediante esta técnica cualquier cubierta de amianto con lados superiores a un metro.
La técnica supone un ahorro de costes frente a otras como la realización de vuelos y visitas de campo. Y no solo permite más agilidad en la elaboración de ese censo, sino que facilita su actualización y mantener un control de placas retiradas y sustituidas, así como planificar los trabajos sobre las mismas «minimizando el impacto sobre la salud».
Pintueles aseguró que, conforme marca la ley, una vez que el Ayuntamiento disponga de este censo «la planificación de la retirada de instalaciones con amianto se hará siguiendo un enfoque progresivo y fijando prioridades en función del riesgo que cada emplazamiento represente para la salud pública y la seguridad». Para ello será necesario recurrir a empresas especializadas en el trabajo con este material y aún se estudia cómo intervenir en el caso de propiedades privadas.
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