El asesino de Lorena «era conocedor de sus actos y de sus consecuencias»

El asesino confeso de la gijonesa Lorena Dacuña no presentaba alteraciones de sus capacidades cognitivas, intelectivas y volitivas cuando cometió el crimen en febrero de 2020. Era «conocedor de sus actos y de las consecuencias que de ellos se derivan». El informe forense de José Manuel Sánchez Moreno es claro y contundente. El gijonés de 50 años, que con temprana edad comenzó a consumir cocaína, asestó veinte puñaladas a su expareja de manera lúcida y «consciente». Además en la psicogénesis criminal no se han apreciado elementos patológicos que hayan contribuido a los hechos.

A pesar de su «consumo recurrente y de manera persistente», los análisis toxicológicos de orina del 19 de febrero, el 10 de marzo y el 20 de mayo arrojaron un resultado negativo en el consumo de benzodiacipinas, cocaína, ketamina, opiáceos y cannabis. Con todo, el encarcelado en su relato asegura que «había consumido mucho alcohol y cocaína». Una versión con «múltiples detalles que no es compatible con un episodio de amnesia derivado de una intoxicación etílica aguda y/o síndrome de abstinencia por consumo de tóxicos», sentencian los forenses de la cárcel de Palencia, donde se encuentra el asesino confeso desde el pasado mes de junio.

El atestado y los informes toxicológicos a los que ha tenido acceso EL COMERCIO podrían ayudar a descartar la existencia de atenuante alguno en la conducta de José Manuel Sánchez durante la noche del crimen. Desde que ingresara en prisión, además de reconocer siempre haber matado a Lorena Dacuña, no presenta conductas desestabilizantes ni depresivas ni de ideación al suicidio. Es más, lo informes hablan de que se trata de un hombre de alta colaboración, con buen estado de ánimo y aspectos formales de pensamiento, juicio y lenguaje. Solo sobre esto último se ha apreciado cierta inestabilidad. Días después de su detención, fue expulsado de la Unidad de Terapia Educativa (UTE) por proferir comentarios muy negativos y provocadores sobre la familia de la víctima y su no arrepentimiento por el crimen.

Sobre el detenido ya pesa una sentencia condenatoria en 2013 por violencia de género. La pena de prisión la cumplió en el Centro Penitenciario de Asturias, adonde acudía Lorena Dacuña a visitarle.

La noche de autos, Dacuña acudió en compañía de un varón a su domicilio en La Calzada. Allí le esperaba el detenido con un cuchillo en la mochila. Cuando se inició la discusión, el hombre que acompañaba a Lorena huyó y no avisó a la Policía. Por estos hechos, la familia de la fallecida ha decido denuciarle por omisión de socorro. El entorno de la víctima, que ejerce la acusación particular de manos de la abogada Salomé Miranda, cree que «si hubiese llamado a la Policía Lorena podría ahora estar viva».